Revista Espiritualidad

Disfruta tu vida: Emocionate

Por Jjrivero

Disfruta tu vida: Emocionate

Imagen tomada de http://www.ecofamilia.com/blog/tag/

Ayer fue un mal día, lo recuerdo como un borrón en mi vida, quisiera poder borrar este día de mi memoria, que simplemente fuera otro más. Pero no puedo, recuerdo como me llamaron al teléfono móvil y la voz de Carlos me dijo que Johny había tenido un accidente. No sé lo que sentí, fue confuso pero intenso, me sentí mal, mis emociones lo inhundaron todo y llegué incluso a perder el control. Fue como vivir un mal sueño, pero al final te das cuenta de que está ahí y de que no puedes borrarlo. Sensaciones y momentos como estos nos resultan peculiares, parece que la vida nos está constantemente golpeando con situaciones de las que apenas podemos entender y simplemente ante tal cantidad de dolor, entendemos que la vida es así, y en un segundo nuestra felicidad se convierte en dolor o tristeza. Las emociones negativas lo envuelven todo. y ante estas situaciones ¿qué nos queda?.
Probablemente nos centremos en pensar como dicen muchos, que evocando emociones positivas como la alegría o la risa, ayudados por el sentido del humor podemos sentirnos mejor y así podremos llevar de mejor manera esas situaciones. Bien, mi experiencia como terapeuta positivo me sugieren que las vivencias a través de emociones positivas son importantes y nos ayudan, ya que son los fuegos artificiales de la felicidad, es decir, lo iluminan todo por un momento, y apartamos las emociones negativas que generan estas vivencias. Además, podríamos apuntar que si llevamos una vida significativa y apostamos por explotar nuestros elementos de disfrute al máximo pues eso nos hace aumentar la felicidad. Pero, ante esto podemos caer en el error de la felicidad, y pensemos que solo bajo esta visión retomamos la vida, e intentemos anular el efecto devastador que sentimos ante momentos traumáticos.
Efectivamente, ante estas situaciones nos hemos planteado que es importante ver la capacidad de lucha y como asumimos y salimos reforzados de dichas vivencias, a esto lo llamamos Resiliencia, efectivamente apuntamos en otro capítulo que la resiliencia es una capacidad innata, pero que no todos tenemos activada por decirlo de alguna manera, dentro de nuestro repertorio de capacidades humanas, pero si es verdad que podemos aprender a utilizarla. Esa capacidad nos permite salir reforzados de la vivencia de situaciones traumáticas, pero ¿cómo podemos sobrellevar el sufrimiento en esas situaciones?.
La teoría y la experiencia nos dicen que principalmente la presencia de las emociones en nuestra vida es cotidiana, diariamente por nuestro cuerpo navegan múltiples emociones tanto positivas como negativas que nos llevan a pasar por diferentes estados de ánimo. También sucede que esas emociones cobran distinta potencialidad en función de la importancia y relevancia del acontecimiento en nuestra historia emocional. Y el error en el que podemos caer si pensamos que todo debe de ser feliz en nuestra vida es que intentemos anular dichas emociones, ante esta decisión podremos ganar por unos días momentos de felicidad pero normalmente cuando bloqueamos las emociones se produce un efecto rebote en ellas, es decir, aparecen de una manera más intensa y con una mayor fuerza, e incluso vendrán acompañadas de pensamientos catastróficos y que pretenderán herirnos, recuerden que nuestra mente es como una radio vieja, está dando todo el día noticias desagradables, otras, en menor número de ocasiones nos manda mensajes positivos. Pues efectivamente ante tal situación nos podemos plantear ¿qué hacemos entonces?. Pues si, es verdad debemos de potenciar las emociones positivas en nuestra vida, pero debemos al mismo tiempo hacerle hueco a esas emociones negativas, pues solo dándoles espacios en mi vida podré entenderlas y utilizarlas como un potencial constructivo.
Para entender las emociones  debo en primera instancia conocer donde se originan esas emociones, en ese sentido debemos de conocer que nuestras emociones se originan en el cerebro, concretamente en la capa intermedia conocida como mesencéfalo, además en esencia dichas emociones son una serie compleja de diferentes cambios físicos que se producen en nuestro cuerpo, y estos cambios tienen una lógica, nos preparan para actuar. Principalmente estos cambios físicos plantean alteraciones en el ritmo cardiaco, la presión sanguineo, a nivel muscular, y de sistema hormonal, además de producir cambios importantes en nuestro sistema nervioso. Nosotros percibimos los diferentes cambios con malestar u hormigueo en el estómago, se nos presenta como un nudo en la garganta, manos sudorosas, ojos aguados y húmedos. Además, sentimos ganas de movernos y nos altera en nuestra conducta.
Las emociones están muy unidas a nuestros pensamientos, por esa razón la información que nos plantea el pensamiento nos evocan diferentes recuerdos positivos y negativos, e incluso imagenes que manifiestan tantos recuerdos. Por esa razón nos afectan a todos los niveles, además, nuestra propia anatomía cerebral hace que todo pensamiento pase por el filtro de las emociones, de manera que no hay pensamiento sin emoción, es verdad, que algunas personas consiguen dominar en exceso esas emociones y con el tiempo no interpretan dichas sensaciones como emociones, a esas personas se les conoce como personas que padecen alexitimia.
En definitiva, las emociones juegan un papel crucial en nuestra vida, ya que están preparadas para funciones esenciales en nuestra vida, tanto el dolor como la tristeza, tienen un papel en nuestra vida, nos ayudan crecer como personas y potencian aspectos esenciales en situaciones donde actuamos de manera resiliente ya que su conocimiento y vivencia nos ayudan a superar dichos acontecimientos y a salir fortalecidos de las mismas, efectivamente tenemos que adornar nuestra vida con emociones positivas e intentar hacerles espacio a las emociones negativas.
Jose J. Rivero Psicólogo Experto en formación Terapeuta personal y familiar.

Volver a la Portada de Logo Paperblog