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Dislexia: diagnóstico, síntomas y tipos

Por Davidsaparicio @Psyciencia

La dislexia es un trastorno del aprendizaje que implica dificultades a la hora de leer, y que se estima, afecta a un 5-8% de los niños escolarizados en educación primaria y secundaria, y a un 10-15% de la población general. Estas dificultades lectoras pueden ser de diferente tipo: confusión o intercambio de letras, omisiones…

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Es un trastorno que se suele detectar en la escolarización, a partir de los 7 años, y que afecta tanto a niños como a niñas. Pero, ¿qué más sabemos de la dislexia? ¿Cómo se manifiesta? ¿Qué tipos existen? ¿Cómo podemos ayudar a una persona con dislexia?

¿Qué es la dislexia?

La dislexia es un trastorno del aprendizaje caracterizado por dificultades en la lectura, que afecta a niños y a niñas en edad escolar. Un niño que padece dislexia tiene un rendimiento en la lectura por debajo del rendimiento esperado según su edad, cociente intelectual y escolarización. La dislexia no afecta a la inteligencia; es decir, se puede tener dislexia y una inteligencia perfectamente normal.

Estas dificultades de las que hablamos interfieren en el rendimiento académico de la persona; a veces, incluso, también en sus actividades de la vida diaria y en su nivel de autoestima.

La dislexia puede aparecer también en personas con algún tipo de discapacidad intelectual o déficit sensorial; sin embargo, en estos casos, para poder hablar de una auténtica dislexia, se requiere que las dificultades excedan las habituales para la persona (o las que se esperarían según su momento evolutivo e intelectual).


Diagnóstico

Los profesionales recomiendan diagnosticar la dislexia a partir de los 7 años, y no antes. Esto es así porque, antes de los 7 años, la persona aún está en evolución, y se considera una edad muy temprana donde aún se produce aprendizaje y desarrollo de las capacidades, incluyendo las habilidades cognitivas y/o académicas.

Dislexia: diagnóstico, síntomas y tipos

Dislexia en el DSM

¿Cómo aparece la dislexia en los manuales diagnósticos de referencia? En la edición anterior a la actual, en el DSM-IV-TR (2002) (Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales), la dislexia se diagnosticaba como un “trastorno de la lectura”. 

En cambio, en la siguiente edición (DSM-5), el trastorno se diagnostica como un “trastorno específico del aprendizaje”. Esta nueva categoría es una categoría más genérica, y engloba, además de la dislexia, todos los posibles trastornos relacionados con el aprendizaje. Entre ellos encontramos: discalcúlia, alteraciones en la escritura, etc.

Síntomas de dislexia (criterios diagnósticos)

¿Qué síntomas conlleva la dislexia? Estos se incluyen en los criterios diagnósticos para el trastorno, según el DSM-5, y son los siguientes:

1. Dificultades en el aprendizaje (lectura)

Las dificultades, en el caso específico de la dislexia, están enfocadas al ámbito de la lectura. Entre ellas encontramos:

  • Equivocaciones leyendo.
  • Confusiones de unas letras con otras (por ejemplo, confundir la “b” con la “d”).
  • No reconocer algunas palabras.
  • Lentitud lectora.
  • Imprecisión en la lectura.
  • Entonación inadecuada o incorrecta mientras se lee.

Todas estas dificultades pueden interferir en una correcta comprensión de lo que se está leyendo (comprensión lectora).

2. Interferencia en el rendimiento académico

Las dificultades descritas originan una interferencia en el rendimiento académico de la persona. El rendimiento se puede evaluar a través de pruebas estandarizadas que se administran individualmente.

¿Cuándo se considera una disminución significativa en el rendimiento? Cuando los resultados de las pruebas se sitúan 2 desviaciones típicas por debajo de la edad media, según la edad de la persona. Por otro lado, en las chicas y chicos mayores de 17 años, la dislexia se suele detectar a través de una historia documentada de su rendimiento.


3. Se inicia en la edad escolar

Otro criterio diagnóstico para la dislexia, según el manual, es un inicio del trastorno en la edad escolar. Esto se extrapola también a los demás trastornos específicos del aprendizaje, como por ejemplo, la discalcúlia.

Puede ocurrir, eso sí, que las dificultades aparezcan más tarde, porque hasta el momento el alumno no tuvo que hacer frente a unas demandas que excedieran sus capacidades.

4. Se excluyen otros trastornos

En último lugar, deben excluirse otros trastornos para poder hablar de dislexia. Así, la persona no puede cumplir los criterios diagnósticos para: una discapacidad intelectual (DI), un déficit auditivo o visual, un trastorno mental o un trastorno neurológico. 

Tampoco puede existir una falta de competencia en el lenguaje, cierta adversidad psicosocial o una instrucción educativa inadecuada.

Si se padece otro trastorno, como hemos dicho anteriormente, las dificultades propias de la dislexia deben superar las esperables según la condición (trastorno) de la persona.

3 tipos de dislexia

La dislexia, según sus características de presentación, puede ser de diferentes tipos (más allá del nivel de afectación que conlleve, pudiendo ser: leve, moderado o grave). Los tipos que existen, concretamente, según la vía léxica afectada para leer, son:

1.Dislexia fonológica

Este tipo de dislexia también se denomina dislexia auditivo-lingüística. En este caso, está alterada la vía no léxica de la lectura (también llamada vía indirecta o fónica). Esta vía es la que utilizamos cuando leemos y accedemos al significado de las palabras a través de los sonidos (es decir, gracias al sonido reconocemos la palabra). La vía también se denomina vía secuencial o vía fonológica.

En otras palabras: esta vía nos permite transformar los signos gráficos en sonidos, a través de un sistema de conversión grafema-fonema. En la dislexia fonológica, la persona no puede realizar este proceso; por ello, son personas a las que les cuesta leer pseudopalabras (palabras inventadas).

Un truco para recordar el nombre de este tipo de dislexia (y de los demás): el nombre del tipo corresponde al nombre de la vía de lectura afectada (alteración vía fonológica ⇒ dislexia fonológica).

2.Dislexia superficial

Otro de los tipos de dislexia, según la vía afectada, es la dislexia superficial o dislexia perceptivo-visual. En este caso, está alterada la vía superficial para leer, la que nos permite leer de forma “global” las palabras. A través de ella, leemos la palabra en su totalidad, y accedemos a su significado; nos apoyamos en los aspectos perceptivo-visuales del proceso de lectura, eso es, en las propias letras.

Como la persona tiene alterada esta vía (vía superficial, léxica, directa o visual), no podrá leer correctamente palabras irregulares (palabras poco frecuentes). ¿Por qué? Porque no las conoce, no puede hacer el proceso mental de “palabra” ⇒ “significado”.

3.Dislexia profunda

La dislexia profunda es la más grave, y también se denomina dislexia mixta. En este caso, la persona tiene ambas vías de lectura alteradas (la indirecta o fonológica y la directa, léxica o visual). 

Generalmente, tiene afectada totalmente la vía fonológica y la vía léxica sólo de forma parcial. Es por ello que las personas con dislexia profunda tienen auténticas dificultades para leer en general: tanto palabras regulares como irregulares y pseudopalabras.

Algunas pautas para abordar la dislexia

El tratamiento de la dislexia debe ser un tratamiento psicopedagógico y fonológico, que permita trabajar en las dificultades de la persona a través de ejercicios de palabras y lectura, de diferente tipo. 

También se utilizan técnicas de modificación de conducta, con estrategias como el reforzamiento positivo. Aunque no profundizaremos en ellos, sí hablaremos de algunas ideas clave que pueden ayudarnos a la hora de abordar un trastorno de dislexia, especialmente en la infancia:

  • Realizar adaptaciones en los exámenes y ejercicios.
  • Reforzar la autoestima del niño y sus puntos fuertes.
  • Utilizar la empatía y la comprensión ante los errores (sobre todo, ¡no culpabilizar!).
  • Adaptar la didáctica a las diferentes formas de aprender.
  • Utilizar también herramientas tecnológicas estimulantes para el niño.
  • Adaptar la tipografía para mejorar la legibilidad.

“Todos los niños pueden aprender, sólo que no a la misma vez, ni de la misma manera”. George Evans

Referencias:

  • APA (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Madrid. Panamericana.
  • Ardouin, J., Bustos, G. Gayo, R. y Jarpa, M. (2000). Trastornos del lenguaje en la infancia. Madrid: Síntesis.
  • Caballo, V., Simón, M.A. (2002). Manual de Psicología Clínica Infantil y del adolescente. Trastornos específicos. Pirámide: Madrid.

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