![Disney abre franquicia en Europa (Kika superbruja y el libro de los hechizos) Disney abre franquicia en Europa (Kika superbruja y el libro de los hechizos)](http://m1.paperblog.com/i/0/6259/disney-abre-franquicia-europa-kika-superbruja-L-1.jpeg)
Sobre la pantalla la cosa cambia un poco: Kika superbruja y el libro de los hechizos (2009) es la típica historia fantástica que trata de entretener y ofrecer de paso una bonita enseñanza socializadora (nada nuevo por otro lado: la conveniencia de jugar con los hijos cuando éstos aún sienten la necesidad de hacerlo). El planteamiento resulta atractivo a priori: criatura digital con puntito humorístico, actriz infantil con pinta de buena niña, espabilada y sensible, y un grupo de chicos y chicas que, a pesar de sus diferencias, se une contra el malvado de turno (el torpe Hieronymus). Aunque el resultado es una película que apuesta todo al encanto y buen oficio de los personajes fantásticos (sin que ninguno acabe de conseguirlo) y renuncia a los elementos más eficaces del género en versión made in USA (ritmo trepidante, acción a raudales y determinados lugares comunes del género juvenil). Sin personajes extraordinarios, y con un argumento demasiado lineal (Pixar nos tiene acostumbrados a mayores niveles de sutileza) y simplón, no nos debe extrañar que la película no acabe de cuajar. En ese sentido, Kika superbruja y el libro de los hechizos está sorprendentemente cerca de esos otros filmes de acción de Disney que producen en EE UU, sólo que con un humor y una pedagogía más cercanas.
Lilli (Kika en la traducción española, Tina en la catalana) es un personaje de la literatura infantil creado por el escritor alemán Ludger Jochmann (más conocido como Knister), del que ya se han publicado al menos dieciocho libros y está a punto de estrenarse una serie de dibujos animados. Semejante mercado potencial, por muy localizado que esté, no podía quedarse sin su correspondiente adaptación cinematográfica (para 2010 se prepara una secuela). El único problema es que el producto ha sido fabricado con la dosis justa de oficio y un tanto escasa de encanto.