Disputa italiana por la gestión de obras de arte

A mediados del mes de agosto surgió la noticia de la disputa por la propiedad del David de Miguel Ángel realizado entre 1501 y 1504.
La gran escultura marmórea de 5'17 m de altura, representa al Rey David antes de enfrentarse a Goliat. La obra se encuentra expuesta en la Galería de la Academia de Florencia. Ahora, el ayuntamiento de la ciudad reclama parte de los beneficios del museo, porque la obra es símbolo de la República de Florencia frente a la hegemonía de los Médici y la amenaza papal. Es decir, el ayuntamiento opina que la escultura le pertenece, mientras que para el Estado italiano, la obra es patrimonio nacional y por ello los abogados del Ministerio de Bienes Culturales están trabajando en probar esa propiedad estatal frente a la propiedad local del ayuntamiento que se considera heredero directo de la República de Florencia, la cual pagó en 1504 unos 400 florines a Miguel Ángel por la escultura.
El alcalde de la ciudad basa su defensa en esos documentos que señalan el pago de la obra a Miguel Ángel, y por tanto, el David sería propiedad local y no nacional, al entender que el ayuntamiento es heredero directo de aquella República.
Pero el Estado italiano opina que la escultura forma parte del patrimonio nacional, y por supuesto, no está dispuesto a perder los ocho millones de euros que recauda la galería de la Academia anualmente. De manera que el Ministerio ha planteado la posibilidad de iniciar 'una gestión compartida del David'.

Después de esta polémica por el David, le ha tocado el turno al Coliseo y los Foros Imperiales de Roma.
El ayuntamiento de Roma ha pedido al Estado compartir la gestión y por tanto, una parte de su recaudación que asciende a més de 30 millones de euros. El ayuntamiento reclama al menos el 30 por ciento de esta cifra.
Respecto a los Foros Imperiales y otros bienes arqueológicos situados en la ciudad eterna, el ayuntamiento también ha reclamado una gestión compartida, pero la respuesta del Ministerio ha sido tajante, negándose a compartir la gestión y criticando el ánimo de lucro del ayuntamiento romano.
Estas peticiones por parte de los ayuntamientos al Gobierno italiano, responde a una medida anti-crisis que han tomado frente al elevado recorte presupuestario que han sufrido este año y como medida para hacer frente a los enormes gastos generados por la conservación de sus bienes.