Cuando uno ve como el tiempo está dando paso a sagas para adolescentes donde comenzó Crepúsculo y continuó Los juegos del hambre pasando por fallidas cintas que se estrellaron en taquilla desde Hermosas criaturas, Cazadores de sombras o The Host hasta llegar a ‘Divergente’. Tras haber visto películas como The Host y la irregular saga Crepúsculo pues es para donde suelo tirar con estas sagas juveniles ya que la calidad de Los juegos del hambre es superior a todas las citadas y se podría decir que juega en otra liga.
No iba con expectativas a ver esta cinta ya que no tenía casi interés en verla ya sea porque el trailer no me convenció y porque su trama aparentemente me parecía similar a la saga de Jennifer Lawrence además de las mediocres críticas en el territorio americano. Aunque hay que reconocer que ha tenido un gran éxito al otro lado del charco no terminaba de fiarme y finalmente me ha sorprendido yendo sin prejuicios y sin necesidad de comparar a Woodley con Lawrence ni el resto de personajes y época en la que transcurren las dos historias.
Sin ser una joya Divergente cumple rotundamente como entretenimiento y cinta de acción dejando escenas impactantes en la retina en cuanto a lo visual. Impagables las escenas de las pruebas mentales de Shailene Woodley desafiando a todo lo imposible. La propia actriz ya coincidió con Miles Teller que cumple perfectamente con su típico rol de vacilón y egocéntrico esta vez luchando y odiándose frente al amor que sentían ambos en la espléndida ‘The spectacular now’. Theo James tiene más protagonismo que el propio Teller y está mucho mejor aprovechado pese a tener ciertos momentos preparados para que algunas adolescentes empiecen a chorrear. La química entre James y Woodley está muy bien lograda y ambos salvan la película en cuanto a actuaciones se refiere destacando más que unos desaprovechados Jay Courtney o Ashley Judd además de las anecdóticas apariciones de Maggie Q. y Kate Winslet quien su personaje me recuerda bastante al de Jodie Foster en ‘Elysium’ por lo cual no sé como tomármelo.
La historia empieza de una forma muy típica con el futuro, la desolación y la elección de valores y pruebas para saber lo que serán los jóvenes en un futuro o si serán unos marginados y apartados de la estela que se lleva en el mundo de la cinta. Parece que las comparaciones con Los juegos del hambre empiezan a florecer con un futuro no muy lejano, mucho caos y sobretodo corrupción y egoísmo además de muchas muertes de por medio. El tema de ser diferente en esta cinta se recalca como un peligro para la humanidad y ahí toma rienda suelta el director reflejando buenas escenas intentas y emocionantes que pese a su sobrecargado metraje no cansa y lo lleva bastante bien el director de ‘Sin límites’ y ‘El ilusionista’, ambas cintas notables.
La banda sonora de Junkie XL se maneja muy bien para la estética y estilo de la cinta alternándola con canciones sueltas de grupos de Rock y Pop para reflejar el mundo juvenil de la cinta alejándose de ‘Los juegos del hambre’ y acercándose más a algo similar a ‘El juego de Ender’.
Definitivamente, no es una cinta espectacular y no aprovecha del todo el guión dejando algunos agujeros y personajes desaprovechados además de algunos detalles evidentes y previsibles pero sin duda es un entretenimiento muy disfrutable y mejor dirigido y trepidante que la primera entrega de Los juegos del hambre donde se nos mostró una primera hora espléndida y una segunda irregular que dejó claro que Gary Ross necesitaba un trípode y algo de chispa en un guión que se manejó mejor en la secuela de la que si garantizo que Divergente no supera.