Aquí va otra sencilla manualidad para hacer con los más pequeños de la casa.
Podemos aprovecharla para estas fechas tan monstruosas y terroríficas. Pero para todos aquellos que no se sientan identificados con esta celebración pueden hacerla, simplemente, como entretenimiento en cualquier otro momento del año. Halloween es una excusa para los que nos encanta el terror y disfrutamos con el miedo.
El material necesario es el siguiente:
- el interior de una bobina de hilo industrial (puede servir cualquier otro objeto que tengamos por casa, una botella, por ejemplo)
- un globo
- alambre o similar
- un trapo o trozo de sábana blanca
- cola blanca y agua
- cartulina negra
Lo primero que tenemos que hacer es formar una estructura con el la bobina de hilo o botella (cuerpo) el globo un poco hinchado (cabeza) y el alambre traspasando la bobina (brazos).
Mezclamos la cola y el agua en proporción 3:1 y empapamos los trozos de tela que previamente habremos cortado en tiras de diferente largo; según lo que vayamos a forrar nos irán bien unas u otras.
Ya podemos empezar a forrar la estructura con los trozos de tela escurridos hasta que tenga una buena consistencia y grosor.
Dejamos secar completamente, hasta que la tela quede dura al tacto. Entonces podemos engancharle unos ojos de cartulina negra.
¡Y ya tenemos nuestra momia!