‘Django Desencadenado’ – Y Tarantino desenfrenado

Alla por el 2007 hacía una reflexión sobre el Western y el Spaguetti Western (pincha aqui si quieres leerlo) y releyendolo ahora, me ratifico en mis palabras, de vez en cuando, llega alguien y nos sorprende con este género que aunque hoy esta de moda, no siempre lo ha estado ya que sigue poco a poco desangrándose aunque no llega nunca a morir y menos si en un futuro no muy lejano, a algunos directores les da por “revitalizar” el género como ha hecho Tarantino.

Django Desencadenado es uno de los mejores homenajes al Spaguetti Western (siempre dentro de la línea de Tarantino) donde nada, absolutamente nada, queda al azar. Tarantino demuestra que es un maestro en todo lo concerniente a hacer películas (ojo, es mi opinión y eso que hay pelis de Tarantino que no terminan de gustarme o que se me hicieron pesadas), desde el guión con sus diálogos mordaces (incluso alguno cargante), hasta las letras del comienzo (ese color rojizo) acompañado todo de una BSO que sin ser lo mejor, ayuda bastante al resultado final.

Django es la ostia leche en todas sus vertientes, incluso sus 165 minutos se pasan “volando” si desde el principio te enganchas a la historia de Django y el Doctor Schultz, un esclavo que conseguirá su libertad si ayuda al “buen doctor” a cazar a unos criminales buscados por la justicia. Después el destino decidirá y acabarán en la mayor plantación de esclavos para comprar a la mujer de Django, pero no todo será tan fácil, ya que Calvin Candie, junto a su esclavo Stephen, les harán la vida imposible a estos 2 cazarrecompensas.

Venganza, vendetta, una de las bajas pasiones que mueve a algunos hombres (y mujeres) a hacer lo que hacen y a comportarse como se comportan y en este caso la VENGANZA es lo que mueve a Django a aceptar la oferta del Doctor Schultz. Venganza es también lo que mueve a un fantástico Christoph Waltz en la última parte del film. Pero peor es la Venganza que mueve a Stephen a delatar a sus compatriotas para que “su amo” tome las medidas adecuadas contra sus invitados. Y finalmente, Venganza, gran amiga de Django es la que hace que lleguemos a ese gran final “made in Tarantino”.

Django ya tenía película (1966) y Tarantino no ha hecho un remake (gracias, gracias, gracias), solo le ha cambiado ciertas cosillas (las más importantes diría yo) y ha mezclado la base de Django de Corbucci con su propia mente (no voy a entrar en si es un poco depravada o no, de eso mejor que se ocupe su psiquiatra) y le ha salido un película redonda, donde todos los personajes lo “bordan” (en mayor o menor medida) y el ambiente hace que regreses a aquellos tiempos donde casi todos los Spaguetti Western se rodaban en el desierto de Tabernas (Almeria) con Ennio Morricone de fondo (ayyy, que casi se me cae la lagrimilla escuchando la BSO que ahora mismo tengo puesta para “ambientarme”).

Escribir sobre los actores es llenar líneas y líneas de halagos a los actores y actrices que han encarnado a unos personajes que sin un guion sólido donde se desarrollase los caracteres de los mismos hubiese sido “agua de borrajas”. Christoph Waltz ya demostró lo que podia hacer en Malditos Bastardos (también de Tarantino) y si su Coronel Landa era de lo mejor de la película, aqui no se queda atrás y esboza un personaje de lo más particular y de lo mas atrayente de todo el film. Leonardo Di Caprio ha dejado patente en muchísimas ocasiones que ningún papel le queda grande y Calvin Candie es de los personajes que se le recordarán por décadas (a pesar de no haber sido nominado a los Oscars, una pena). Jamie Foxx y su Django está espléndido en toda y cada una de las tomas, no obstante es el protagonista, pero Django no posee esos dobles matices que poseen el resto de los personajes, como  ya he dicho antes, Venganza es lo único que mueve a este esclavo reconvertido en cazarrecompensas o negrero, según la ocasión lo requiera. Pero si alguien, desde mi punto de vista, sobresale del resto es Samuel L. Jackson, no solo su actuación, sino su personaje, todo un acierto en esta historia de esclavos, venganza y amor.

Y no podia olvidarme, como ya se que he dicho antes, de la fantástica BSO que acompaña al film, que hace que desde las letras iniciales, te introduzcas de lleno en el película, con esas notas de Morricone que tanto suenan a Spaguetti Western.

En resumen, una película de lo más amena, divertida, con unos grandes personajes y unas grandes interpretaciones, escenas asfixiantes y diálogos cargados de humor, angustia y cinismo a partes iguales, chorros y chorros de sangre y tiros, muchos muchos tiros con mucha sangre, alguna que otra explosión, cameos de “grandes estrellas”. Tarantino esta a muy poco de convertirse en uno de los grandes maestros de la industria cinematográfica (si no lo ha conseguido ya, en mi opinión por ahora no) que le da igual “un roto que un descosido” y sino solo hace falta fijarse en todos los géneros que ha tocado y que ha conseguido revolucionar. Chapeau.

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