El mejor Tarantino en la versión más extendida. 165 minutos para disfrutar a tope de lo que siempre nos ha extasiado de él. No falta ni humor negro, ni una gota de sangre, ni un diálogo poderoso, ni una escena exagerada, ni una banda sonora espectacular...
Creo que nunca había disfrutado tanto con un western, a pesar de que desde muy pequeña los hombres de mi familia siempre me sentaron a su lado para verlos los fines de semana, y debo apostar de nuevo por Christoph Waltz para el Oscar, aunque espero que la nominación no haga de menos al frío Jamie Foxx y al desquiciado Leonardo DiCaprio.
Así que pediros el combo familiar de palomitas y no quedéis con nadie después del cine. Puede que para cuando Tarantino haya acabado con vosotros, vuestra cita ya esté durmiendo.