Estructura de la sauna descubierta en el castro cántabro de Monte Ornedo. IMAGEN: REGIOCANTABRORUM.ES
Los trabajos arqueológicos que se realizan en el castro cántabro de Santa Marina, en el Monte Ornedo (Valdeolea), han sacado a la luz los restos de lo que pudo ser una sauna de la época prerromana.La revista científica Munibe acaba de publicar un estudio sobre este hallazgo, fruto de las campañas arqueológicas realizadas en este monte entre los años 2010 y 2013.
Los trabajos, dirigidos por el investigador Pedro Ángel Fernández Vega, han permitido encontrar en este castro un edificio público de gran tamaño, de más de 25 metros de largo por unos 16 de ancho, "sin parangón" en este tipo de asentamientos, según explica el arqueólogo en un comunicado.
EXCAVADA EN ROCA
Dentro de él, excavada en la roca y revestida de arcilla, han hallado la sauna y restos de lo que fue su actividad, como un escoplo, restos de asas de un caldero y cuatro fíbulas de las utilizadas en la época para sujetar la ropa que se cree que cayeron entonces al foso que servía para calentar la estancia.
La sauna se alimentaba con agua de lluvia o nieve recogida a través de un atrio descubierto y canalizada hasta una cisterna donde se guardaba y se tomaba después para hacer aspersiones sobre una fosa cavada en el centro de la sauna que se llenaba con piedras calientes.
Las dataciones realizadas con carbono 14 sitúan la construcción entre el siglo II y la primera mitad del siglo I antes de Cristo, así que se trataría de una sauna de la época prerromana.
Según sostienen los investigadores, la aparición de esta sauna es "coherente" con las costumbres de los pueblos astures y galaicos y demostraría que los cántabros también utilizaban este tipo de espacios y su desarrollo cultural era acorde con el de otros pueblos del norte de España, en contra del "estereotipo" de pueblo de mercenarios "aguerridos, fieros e indómitos".
Esta sauna se ha descubierto a sólo unas decenas de metros de una antigua ermita en la que, a finales del siglo XIX, se encontraron tres términos augustales, mojones de delimitación que deslindaban el territorio de la antigua ciudad romana de Julióbriga de los prados de la Legión IV Macedónica.
La presencia de esos hitos, unido a la fecha en la que se data el castro (en época prerromana), invita a pensar, según los arqueólogos, que ésta pudo ser la ciudad de Julióbriga, según Plinio el Viejo, la más importante entre los cántabros.(Fuente: El Día.es / EFE)