‘Dolor y dinero’ – Agitado con la estupidez humana es igual a Mezcla Explosiva

En serio, si me dicen que Michael Bay, uno de los cineastas más criticados del séptimo arte por sus blockbusters palomiteros rompedores de taquilla, iba a hacer una película de “bajo presupuesto” (siempre comparado con sus anteriores films) basada en hechos reales con la que iba a disfrutar más que con las últimas de Transformers (si, las 2 últimas, para mi la primera me sigue pareciendo genial, es una de mis debilidades, las otras dos no tanto), no me lo creo, pero es que lo que me pude reir ayer con la película, no está escrito.

Cuando vemos “la coletilla” de “basado en hechos reales” uno se piensa que se va a encontrar un dramón de “muy señor mio”, de esos que vas a acabar llorando como “María Magdalena” y agotando kleenex tras kleenex, pero no, el mundo del cine siempre te puede sorprender, como ha sido este caso, y encontrarte una película en la que sí, lloras, pero de la risa que te da con la estupidez humana de algunos personajes, que como dicen cuando esta a punto de acabarse la peli “que si, que está basada en hechos reales”.

Michael Bay vuelve a mostrarnos sus “típicos planos” de “medios cuerpos avanzando frente a un cielo azul”, es indiscutible, la marca del director, pero aquí no tenemos explosiones, ni tiros, ni héroes, porque aquí nadie es, ni se parece remotamente, a un héroe que tiene que salvar la humanidad (o la ciudad que sea).

SPOILERS Aqui tenemos a unos culturistas que se han cansado de su vida en chándal y fitness y quieren conseguir el sueño americano, haciendo todo lo necesario para ello, algo que me parece estupendo, ¿quién no lucha por tener una mejor vida? ¿un mejor trabajo? ¿un mejor sueldo? Pero….con un poquito de cabeza, algo de inteligencia, poca, pero algo de ella. Una de las frases de Ed Harris al final del film lo borda: “Al final, les acusaron de todo menos de ser unos putos subnormales” que es realmente de lo que va la película, de la cantidad de gilipolleces que hicieron para conseguir el “típico sueño americano”. Y todas esas gilipolleces son las que hacen que el film tenga ritmillo, que no te aburras en esas 2 horas y casi 10 minutos que dura el film. Eso y los protagonistas, todos y cada uno de ellos.

Mark Wahlberg adopta su antigua personalidad de Marky Mark (con lucimiento de calzoncillos de su época de modelo) para hacer del cerebro descerebrado de esta grandísima trama. Dwayne “La Roca” Johnson se vuelca en su papel de ex-convicto reconvertido en religioso adicto a la cocaína, y para mi, una de sus mejores interpretaciones (a veces da has miedo).

Anthony Mackie es el secundario gracioso, su papel ni va ni viene, a excepción de su ligero problema de levantamiento de pene pesas y Ed Harris y Tony Shalhoub, de lo mejor de la película. Como siempre, las mujeres en esta película, son solo de adorno, para follar y poco más, incluida Rebel Wilson, que lo único relevante que hace es al final de la peli para vengarse (como siempre hacemos las mujeres en el cine o esa es la visión que tienen de nosotras).

En resumen, no es un peliculón, ni mucho menos, ni tiene un guión de oscar (por mucho que esté basado en hechos reales, es que me parto cada vez que me acuerdo), su BSO no es para alabarla y su Score es un refrito de canciones de los 90 (ese Gangsta’s Paradise que suena en dos tramos del film hasta se hace cansino) y tampoco tiene unos espectaculares fx como a los que nos tiene acostumbrados Michael Bay, pero pasar el rato, para echarse unas carcajadas a costa de la estupidez de algunos ¡¿seres humanos?! sirve, que es su último fin.

Bay se ha puesto ligerito y ha cumplido con creces (por lo menos para mi, que ya me tenía cansada con tanto Autobot y destrucción masiva) con una película en la que mas de una vez te vas a preguntar si sigue existiendo gente tan gilipollas como nuestros tres protagonistas. Para echarse unas carcajadas muy a gusto y listo.

Para leer la ficha de la película, pincha aqui