A ver, que yo no dije nada cuando os dio el arrebato aquel tan fuerte con lo de Die Antwoord, y mira que a mí todo eso del chonismo ilustrado no me lo creo, y ni trago con las pintas poligoneras de “Ninja“, ni con la colección de lentillas de “Yo-Landi“, ni por supuesto con la música que hacen los sudafricanos. Pero ahí estuve, calladito, sin decir ni mú, replegado en mi desconcierto para no chafarle la fiesta a nadie. Y luego, cuando algunos (no sólo Pitchfork: muchos) dijero que qué fantástico lo del “Gangnam Style” yo volví a retirarme a mi rincón anglófilo, sintiéndome un poco culpable por lo que evidentemente no eran más que prejuicios por mi parte, esnobismo injustificable contra la música verdaderamente popular, y consecuencias directas de una incompleta educación musical. Pero oye, es que aún hay más: que hay que ver, lo de este verano, cuando os dio por decir que aquella simplonada del “Pégate” de Ylenia era algo defendible . Que sí, que Diplo ha hecho mucho bien por acercar la música nacida fuera de los circuitos occidentales a nuestros oídos, pero uno no puede evitar sentirse extraterrestre cuando lee las críticas de medios muy respetables, ensalzando un tema que aúna lo peor del reguetón y el autotune a cascoporro, con una letra directamente idiota ¿Y me habéis oído siquiera protestar? Nada. Reservándome mi opinión (no lo dudéis: también tengo una) sobre todos ellos. Vive y deja vivir. Paz, hermano.
De modo que ahora no me venga nadie con bullas por esto que viene a continuación. Que ya me tocaba a mí una ocasión para defender lo indefendible, para gritar a los cuatro vientos que sí, que los suecos Death Team me la han colado bien colada, y que adoro a esta pareja sin muestra de tener el más elemental sentido del pudor, ni vergüenza de ninguna clase para hacer lo que (en teoría) no se debe hacer.
Death Team son Maja Edelbring (la que va vestida de reina del extrarradio) y Johen Rafael Tilli (el tío con pinta de nerd), y contra lo que pueda parecer, no son dos humoristas escapados del SNL riéndose de los gustos de hipsters y garrulos. Tienen tres o cuatro canciones, ni una más, y me tienen ab-so-lu-ta-me-nte enloquecido. Y no debería ser así, me temo: los tíos hacen una especie de pop gañán adulterado con hip-hop y electrónica (las voces aniñadas del k-pop más plastificado, la finura compositiva de Die Antwoord y la profundida lírica de Ylenia: todo a la vez) que muestra un absoluto desprecio a la evolución de la historia de la música de los siglos XX y XXI, además de muy poco respeto por la -supuesta- inteligencia del oyente. A los hechos me remito: esto que viene a continuación es parte de la letra de su hit (al que va dedicada esta entrada) “Dolphin Style“:
“Ghetto life
Get a life
Bath tub life
Underwater life
High five life
Dolphin style DIY
Gimme gimme likes
Gimme gimme lines
Bathtub style
iPhone style
We’re online
Let me blow ya mind
DIY”
El tema se publicó en mayo de este año, y el dúo lo hizo coincidir con algo que llamaron “el Día de La Conciencia Delfín”. Porque, oh sí, el tema habla de delfines. De delfines en cautividad, de su derecho a ser libres, de iPhones y de… err… darle al like de facebook. Todo esto lo cantan con una pinta sospechosísima de dedicarse, cuando no estan grabando vídeos (atentos al pavo comiéndose el bocata), a matar delfines para fabricarse un bolso o para cenar en un japonés. Y todo esto sazonado con (sí: también) ruiditos de delfines, y una coda final (Save the ocean / Why not save the ocean) que da hasta risa de lo poco creíble que resulta en la voz de estos descerebrados. Un galimatías, vaya. Una monumental chorrada, sin pies ni cabeza, pero hey, ¿sabéis que os digo?: “Ça Plan Pour Moi“. A mí me vale. Qué demonios, no, no me vale. ME CHIFLA. Llevo días que no puedo escuchar otra cosa que no sea esta música chiclosa y multicolor del Todo A Cien. Soy un adicto. Soy culpable.
He pedido ayuda. Les mandé un e-mail, con un par de enlaces, a los VIPS a los que siempre consulto cuando me encuentro en la terrible encrucijada de discernir si algunos de mis gustos son moralmente aceptables. Literalmente, les escribía esto:
“Necesito que alguien me aclare si lo de estos dos es la mayor mierda jamás pinchada en un palo, o el placer más simple que se ha inventado desde la invención de los coches de choque”.
Creo que justamente se trata de esto. De que esta clase de placer es tan primario, tan elemental, que debería haberlo superado hace mucho tiempo (Freud llamaría a esto una “fase anal”: se mire como se mire, “Dolphin Style” es Mierda De La Buena). De que donde yo veo diamantes (you give me diamonds, I give you nothing) cualquier persona medianamente sensata diría que no hay nada. De que -mi querido hermano no tardó en recordármelo, y me consta que tiene razón- que me guste tanto esta canción de Death Team es algo así como lanzar un escupitajo sobre el esfuerzo de todos esos Foxx, Tennant, Strange, Ant, etc. De que, estoy casi-casi-casi seguro, esto no está bien.
¿O tal vez sí?
Publicado en: RevelacionesEtiquetado: 2015, Death Team, Electro-Pop, Hip-hop, WarnerEnlace permanente3 comentarios