Hoy abandono la tónica del blog, para hablaros de otra de mis grandes pasiones: la Semana Santa de Cuenca. Declarada de Interés Turístico Internacional, durante siete días, esta pequeña ciudad, disfruta de la que es su semana más grande. Aquella que hace a Cuenca única, en la que el sentir de cada conquense, de cada cofrade, de cada narazeno, queda patente en cada centímetro de la ciudad.Si Tico Medina, inauguraba la Semana con su pregón el pasado viernes, hoy, las palmas y olivos marcaban en inicio gráfico de lo que nos espera en los próximos días.
Fervor,clamor, devoción, sentimientos, pasión. Desde hoy Cuenca vive la ilusión por disfrutar un sueño. Un sueño tallado en cristos de madera, andas de alumio y plata, mantos dorados de Vírgenes que lloran enloquecidas porque nunca alcanzan a los Cristos para darles calor. Es Semana Santa. Semana de Pasión. Semana de roncos tambores y sordos clarines, sollozos, penitencia, turba enloquecida llena de dolor y esperanza. Tulipas que sin querer chocan entre ellas, velas que emanan calor, otras que no encienden por la suave brisa, tantas veces atrevida, en las noches de luna llena, esas que hacen que Cuenca, año tras año, sea nazarena.
Y para empezar, el Hosanna. Palmas en moviento que portan nazarenos anónimos cargados de su más sentida penitencia. Desfile lleno de luz y color que, por un día, convierte a Cuenca en la Jesusalén que recibió con júbilo al Mesías. Cortejo aclamado por miles de personas que en tono festivo y estrenando algo como manda la tradición ("Domingo de Ramos, si no estrenas na', se te caen las manos") celebran que de nuevo, Cuenca, huele a cera, torrijas,Resoli y pasión por ser nazarena.
♫ ... jesús entrando en jerusalén ... ♫ (F.Higuero)
Vble. Hermandad de Jesús Entrando en Jerusalén y Ntr. Señora de la Esperanza