Arturo Pérez-Reverte, que cultivó su fama de aventurero y de corresponsal de guerra gracias al amparo de la radiotelevisión pública, es decir, de RTVE, la radiotelevisión de todos, se hizo novelista un buen día. Y tuvo una proyección mucho mayor, gracias a ese papel heroico jugado en la radiotelevisión pública, que aquellos que empiezan una carrera literaria a puro huevo y sin padrinos. Novelista de éxito, con grandes ventas que nadie discute y con valores literarios no conocidos salvo los que se derivan de escribir mucho y contar historias de otro tiempo (vender mucho y escribir, también, mucho, no garantiza la calidad literaria: Ni siquiera ser académico de la Real de la Lengua lo garantiza) ha cultivado una peculiar fama haciendo declaraciones epatantes, descalificadoras e insultando gratuitamente.
Pues bien, este escritor acaba de insultar a Miguel Ángel Moratinos. Cuando un ministro, cuya trayectoria, desde mucho antes de serlo, se ha caracterizado por trabajar por la paz, por intentar acabar con la ocupación de Palestina por Israel y por establecer un horizonte de concordia en Oriente Medio, reacciona como un ser humano con sensibilidad, como cualquier hijo de vecino que no puede ocultar sus emociones en un momento especial de su vida y se le escapan unas lágrimas al despedirse de sus colaboradores, el tal Pérez-Reverte, con una reacción que me ha recordado a la de los fascistas de otros tiempos, tiene la desfachatez de escribir frases como "ni para irse tiene huevos" o de llamarlo "perfecto mierda". Es una pena porque el cartagenero se retrata: ha construido un inmenso espejo en el que se muestra ante todo el país como un ser autoritario, intolerante y, en el fondo, émulo de la retórica ibérica más zafia y rancia. Y además, a ese retrato incorpora la chulería no menos zafia: se vanagloria de haber conseguido, en Twitter, 2.000 seguidores más y añade la siguiente frase, susceptible de ser elevada a la categoría de las frases geniales en el sillón de la Real Academia al que, con ella, vilipendia. "si lo llego a saber le insulto antes". ¡Con un par!...
No recuerdo (igual tengo muy mala memoria) al reportero/escritor insultando a Aznar y a algunos de sus ministros por meternos en una guerra que ya ha costado más de 100.000 muertos y lo que rondaré... Tampoco le hemos visto insultar al ínclito alcalde de Valladolid por su magnífico manejo del lenguaje machista (Arturo, ¿no tienes que velar por el bueno uso del idioma?). No, a Pérez-Reverte, ese macho ibérico con muchos más cojones que cualquier otro, no le gustan las debilidades humanas, ni que los ministros muestren, en una ocasión tan especial como una despedida, sus sentimientos del mismo modo que los muestran otros seres humanos. Como decían los fascistas de camisa azul y correaje de mi infancia: "llorar es de nenazas", "los hombres no lloran", "el hombre que llora es un maricón"... Ese es el pensamiento que revelan los insultos del escritor famoso y multiventas. Ni más ni menos.
A lo largo de los últimos años sentía mala conciencia por no haber podido terminar, cuando apareció en Mondadori, en 1992, El maestro de esgrima, hecho que determinó mi distanciamiento de su obra literaria posterior, como si hubiera quedado vacunado para siempre. Después de este episodio que nos muestra a un ciudadano cutre, maleducado e indigno de ostentar en la Real Academia un sillón que financiamos todos, creo que no me ha venido mal esa ignorancia.
Qué pena.
LOS COMENTARIOS (1)
publicado el 09 noviembre a las 09:53
Usted evidentemente no ha leido lo que ha dicho Arturo... y si lo ha leido, no ha querido (podido?) entenderlo. "al amparo de la radiotelevisión pública"..? y los empleados del Banco de Santander están al amparo de Botín...no..?
Usted siga estudiando la nueva edición del Canon Occidental del Alfredo Perez Rubalcaba