Revista Educación

Donde duermen los sueños

Por Jlmon
DONDE DUERMEN LOS SUEÑOS

El sistema educativo español tiene casi tantos malos momentos como días tiene el año, pero son particularmente tristes aquellos que coinciden con la contrarreforma que acompaña siempre al relevo del partido en el poder. Ayer José Ignacio Wertescenificó uno de esos días al anunciar reformas en el diseño temporal de la Etapa de Educación Secundaria Obligatoria, así como en la tan traída y llevada Educación para la Ciudadanía, lejana sucesora de aquella chirigota que era el FEN en tiempos de Francisquito.Sin entrar a considerar la oportunidad de estos cambios, al igual que todos los que le precedieron en anteriores gobiernos, la realidad es sólo una: una vez más, pierde el sistema educativo.

Recuerdo a unos primos lejanos, tan lejanos que apenas si los recuerdo. Pero lo que nunca olvidaré es la romería sin fin que se traían a cuenta de su flamante coche, unSeat 1430 de aquellos los tiempos. La cosa tenía su enjundia. Pedrito que así se llamaba mi primo, pese a ser ingeniero de caminos, canales, puertos y embalses, era más hortera que la Esteban en una recepción de la embajada de Gambia. El hombre gastaba absurdos dinerales en “la decoración” del cochecito: portarretratos imantado, perrito de frágiles cervicales, rosario modelo cumbayá de madera de avellano, escudos varios, una imagen de la Virgen de los Remedios a Medias, alfombrillas plasticosas de doble capa y un ventilador a pilas con los colores del Alcoyano. Esto en lo que al interior respecta, del exterior, mejor ni hablar. Isabelita, mi prima, dama de las Damas del Perpetuo Socorro, era poco amiga de tales dispendios estilosos aunque defendía a capa y espada la necesidad y oportunidad de unas mantitas de punto bobo que cubrían los asientos traseros haciendo así más agradable y hogareño el entorno al tiempo que aportaban prestancia y clase al susodicho vehículo, todo ello, por supuesto, con el correspondiente disgusto de Pedrito que consideraba aquello como, cito textualmente, “una mariconada de meapilas de los cojones”. El rifirrafe llegaba a tales extremos que cuando Pedrito conducía el vehículo, las mantitas acababan en un oscuro rincón del maletero, mientras que cuando lo hacia Isabelita, los múltiples adimentos ornamentales acaban en una bolsa de Almacenes Sepu. Mientras tanto, del nivel de aceite, la correa del ventilador y el reóstato de la entrada del carburante, no se ocupaba ni su padre con lo que el flamante cochecito era un auténtico chollo para Segismundo, ingeniero mecánico del taller de la esquina.

El sistema educativo español puede o no necesitar esto o aquello en el diseño de sus tramos, puede ser interesante una asignatura de “espíritu ciudadano” y quizás necesite replantearse sus implicaciones espirituales y metafísicas. Pero, ciertamente, estas son cuestiones menores por no decir estúpidas frente a factores estrictamente ESTRATÉGICOS que llevan esperando su resolución desde que Agustina de Aragón le daba al cañón. ¿Cuáles son estas?

* Aseguramiento de una OFERTA EDUCATIVA INTEGRAL que permita el desarrollo de las capacidades y habilidades cognitivas de los alumnos más allá del mero conocimiento de las cosas. En una palabra: PENSAR.

* Potenciación de las estrategias de aprendizaje por resolución de problemas que permitan desarrollar las habilidades estratégicas del alumno, su autonomía en la toma de decisiones, su permeabilidad al cambio, así como su Inteligencia Creativa.

* Potenciación de la figura de los educadores exigiendo y asegurando una mayor cualificación profesional de los mismos así como la necesidad de una actualización permanente. El educador, que no “profesor”, es una pieza clave en la construcción de un futuro de prosperidad y hasta que esto no se entienda, la escuela continuará siendo un tramite más que todo españolito debe cumplir mal que bien.

No son muchas cuestiones, pero, al parecer, resultan inalcanzables para los partidos que se turnan en el poder. Una de dos: los políticos son aún más inútiles de lo que pensábamos o la Educación no es una fuente de prestigio y poder. Permítanme que me decante por la segunda opción. Cierto es que la clase política acoge a un buen número de inútiles y fracasados profesionales, pero me niego a creer que este mal afecta a la totalidad.

Mientras tanto, más de la mitad de la población activa, que no empleada, de este país presenta niveles de capacitación profesional ciertamente ridículos. ¿Qué podemos hacer ahora que el tocho y el chiringuito se encuentran deprimidos? ¿Productividad y competitividad? No me hagan reír…

Mientras tanto, una buena parte de los titulados universitarios de este país opta por buscarse la vida más allá de los Pirineos, pero no sólo por una cuestión pecuniaria, sino más bien por el deseo de encontrar un trabajo que les permita desarrollarse personal y profesionalmente de acuerdo a sus posibilidades. Los que se quedan, deberán ser “reeducados” en la nueva universidad que es la empresa para que caigan en la cuenta de que “aquí fuera las cosas son distintas”, dos y dos a veces son cuatro, pero frecuentemente deben ser cinco.

Como les decía, hoy es un día triste para la Educación. Una vez más, hemos podido comprobar que los tiempos de los espadones y el turnismo paralizante quedaron atrás, pero que, pese a todo, continuamos discutiendo sobre si lo adecuado es el ventilador a pilas o las mantitas de punto bobo. Mientras tanto, las escuelas de este país continúan siendo el lugar donde duermen los sueños.


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