Aquatic Ambiance me llevó 5 semanas de programación
y re-programación, pero los resultados valieron la pena.
—David Wise, sobre el tema “Aquatic Ambience”
de la banda sonora de Donkey Kong Country[1]
¿Quién no recuerda aquella trilogía de Donkey Kong Country con sus gloriosas gráficas, su fluido gameplay y sus extraordinarias bandas sonoras? Así es, esa franquicia llevó al Super Nintendo a otro nivel dentro del mundo de los irrepetibles 16-bits por muchas razones. Cortesía de los alguna vez legendarios estudios Rare Ltd., la trilogía del gorila favorito de todos encierra historias geniales de personas apasionadas por su trabajo que tuvieron que sortear todo tipo de obstáculos para entregarnos una serie de juegos que siguen siendo referentes entre gamers el día de hoy. Sin embargo, para Bitúsica, todo comienza con unos tambores tropicales dirigidos por el legendario, David Wise.
David Wise
En efecto, la música es un referente obligado dentro la trilogía en cuestión, pero pongamos orden y comencemos por la primera entrega de ésta. La banda sonora de Donkey Kong Country (1994) es una de las cartas más fuertes dentro de la identidad de este añorado clásico (en especial considerando que el juego no es particularmente innovador en ningún sentido), al grado que algunos temas de la misma se han vuelto representativas de Rare, Nintendo o, incluso, de la música de videojuegos de “altura”. Si bien, no todas las canciones que conforman el soundtrack en cuestión son consideradas un hito en la industria, hay más de un puñado de estas que se han vuelto simplemente inolvidables para muchos gamers.
Ahora bien, desviémonos un momento y recordemos que el gran rival del Super Nintendo no fue otra consola, sino su propia limitada memoria. Los distintos estudios en aquel entonces y sus respectivos equipos creativos se veían
sujetos a trabajar, por así decirlo, con una mano atada a la espalda al momento de desarrollar un juego para esa legendaria y muy querida consola. Cuando los estudios Rare eran sinónimo de vanguardia (y no de juegos como Wii Sports), lograron desarrollar gráficas innovadoras en sus juegos de SNES gracias a la tecnología de compresión que ellos mismos crearon para, digamos, hacer más con la poca memoria de la consola. Más espacio disponible significaba mayores posibilidades de generar gráficas llamativas y, prácticamente, mejorar cualquier otro aspecto del juego dentro de un aún limitado rango de posibilidades.Por supuesto, el legendario compositor, David Wise, también tuvo que enfrentarse a los retos que planteaba el SNES y crear música con escasos 64k bites de memoria disponible para juntar música y
audio. Sin embargo, es curioso que gracias a dicho reto el sensei Wise se ha hecho de un importante número de fanáticos y es considerado un compositor de culto dentro de la industria. Como muchos saben, el estatus de leyenda viviente lo obtuvo a través de su trabajo dentro de la icónica franquicia, Donkey Kong Country —de hecho, fue esta franquicia la que convirtió a Rare en los estudios maravilla durante la década de los noventa, desarrollando éxito tras éxito para el SNES y el Nintendo 64.Sin embargo, para entender plenamente el mérito de la obra que David Wise realizó dentro de la saga en cuestión, es necesario señalar tanto a la forma como al fondo de cada una de las canciones que conforman estas extraordinarias
bandas sonoras. Es decir, no se trata únicamente de apreciar las geniales melodías que encierran varias de estas canciones, pues también es necesario valorar los sonidos que Wise logró emplear para dar vida a las mismas tomando en cuenta la limitada capacidad del SNES. Guardando toda proporción, imaginemos que Beethoven (sí, ¡guardando las proporciones!) no sólo hubiera compuesto su impresionante repertorio musical para piano sino que, al mismo tiempo, hubiera re-inventado el piano para poder tocar sus obras tal y como él las imaginó en su cabeza. Pues bien, algo similar hizo el sensei Wise y es por eso que se le venera. Escuchen canciones como “Aquatic Ambiance”, “Fear Factory” o “Life in the Mines”; obras envolventes y, por qué no, complejas no sólo en su ejecución si no en cuanto a los sonidos que emplean. Hasta ese momento no se había escuchado nada parecido en un videojuego sin importar el tipo de consola.En otras palabras, David Wise re-inventó la forma de hacer música para videojuegos en la década de los 90’s no solamente a través de sus melodías, sino de sus geniales sonidos. Aún más, su trabajo dentro de la propia franquicia de Donkey Kong Country muestra interesantes cambios conforme se iban haciendo nuevas entregas en la serie. No obstante, la banda sonora del primer juego en dicha trilogía significó el inicio del estatus de culto de la obra de Wise y por eso le rendimos tributo el día de hoy.
David Wise
La gran pregunta es: ¿de dónde provino la inmensamente respetada figura musical detrás de la música de Donkey Kong Country? Pues bien, los orígenes del interés del genial David Wise por la música se remontan a su infancia en Leicester, Inglaterra. Sus padres deseaban que siguiera los pasos de su hermano mayor tomando clases de piano a los 10 años; sin embargo, el pequeño sensei no quiso esperar tanto tiempo y, desde los 8 años, descubrió que podía escuchar una canción y tocarla de “oído”. Tiempo después llegó el momento de comenzar con las clases de piano, pero para entonces el pequeño Wise ya sabía que contaba con el don para aprender a tocar un instrumento sin la necesidad de un maestro. Años después y sin mayor formación musical que aquellas clases personalizadas, el entonces adolescente Wise decidió presentar el examen de colocación de la Royal School of Music por pura curiosidad. Los resultados de dicho examen le colocaban en el nivel 5 de los 8 que contempla dicho organismo,[2] y ese fue el mayor contacto que David Wise tuvo con una formación musical rigurosa.
A diferencia de lo que se pudiera pensar, Wise comenzó su carrera profesional en la industria de los videojuegos a causa de lo que muchos
llaman “azar”. Trabajando en una tienda de música en su natal Leicester en donde se encargaba de vender baterías (su instrumento favorito entonces), tuvo la oportunidad de experimentar con un nuevo producto que llegó a la tienda: la computadora de música de alta tecnología, Yamaha CX5. En algún momento logró convencer al encargado de la tienda acerca de llevar a casa dicha computadora para experimentar y familiarizarse con el moderno aparato. Pronto aprendió a conectar los distintos teclados de la tienda a la computadora para llevar aún más lejos el horizonte de posibilidades que tenía a la mano, convirtiéndose en el experto en la tienda encargado de mostrar la Yamaha CX5 a clientes potenciales. Como estrategia de ventas, Wise decidió usar la computadora para grabar temas compuestos por él mismo y mostrarlos a los clientes. Créanlo o no, esto fue lo que lo llevó a conseguir un trabajo en los entonces pequeños estudios Rare Ltd. Un buen día, un par de sujetos entraron casualmente a la tienda en la que trabajaba Wise interesados en comprar (adivinaron) una computadora musical Yamaha CX5.[3]Después de escuchar hablar a Wise sobre las maravillas de la computadora y, claro, después de oír algunos de los temas que el joven vendedor les mostró, los dos individuos preguntaron quién había compuesto las canciones que recién habían escuchado. Al conocer que David Wise era el talento detrás de dichas obras no dudaron en ofrecerle trabajo, pues este par era, ni más ni menos que, los hermanos Tim y Chris Stamper, fundadores de los estudios Rare Ltd.[4]
De 1985 a 1994 David Wise fue el único compositor trabajando para Rare (aunque sólo fuera como freelance), tiempo en el cual logró componer bandas sonoras para más de 60 videojuegos —incluyendo RC Pro-AM (1988), Cobra Triangle (1990), Beetlejuice (1991) y el genial
Battletoads in Battlemaniacs (1993). Por supuesto, Wise pudo apreciar que la tecnología del Nintendo era muy distinta al maravilloso mundo midi que usaba en su Yamaha CX5. De hecho, el joven emprendedor tuvo que aprender a codificar y programar en lenguaje hexadecimal en su nuevo trabajo para poder crear música que, según él, sonaba a timbre de puerta.[5]No fue sino hasta 1994 que Robin Beanland, Graeme Norgate y Grant Kirkhope llegaron a Rare para, junto a David Wise, convertirse en probablemente el equipo creativo de música más imponente que se ha visto trabajando para unos mismos estudios en la industria de los videojuegos. Asimismo, fue ese mismo año en el cual Donkey Kong Country salió a la venta logrando convertirse en el segundo videojuego mejor vendido en la historia del Super Nintendo con 9 millones de copias.
Muchos diríamos que es imposible pensar en lograr vender tal cantidad de copias de un videojuego de SNES sin contar con una de las mejores bandas sonoras jamás producidas hasta ese momento. Lo curioso es que David Wise estaba seguro de que él no sería el
encargado de componer el soundtrack para ese juego. Verán, Nintendo había apostado en el futuro de Rare adquiriendo recientemente una parte de los estudios británicos —convirtiéndose así en la estrella del gigante japonés en Occidente.[6] El equipo creativo de Rare Ltd. Decidió hacer uso de uno de los personajes más conocidos de Nintendo (aunque en ese entonces se encontrara un tanto empolvado) para ser el protagonista de su siguiente videojuego. La elección la conocemos todos; sin embargo, traer una figura tan ligada a Nintendo como Donkey Kong se traducía en que Rare aportaría la originalidad al proyecto, mientras que Nintendo se encargaría de jugar el rol conservador con ciertos aspectos del proyecto y asegurar así, por lo menos, un éxito moderado. En efecto, dentro de esa lista de aspectos se incluía la música, y es por eso que Wise pensó que un gran compositor japonés (quizá alguno de su ídolos, como Koji Kondo) tomaría la batuta y lo supliría tarde o temprano.[7]No obstante, le fue solicitado a Wise presentar tres demos para ser puestos bajo consideración de los directores del proyecto (tanto en Occidente como en Oriente) y, después de escuchar lo que tenía que ofrecer al proyecto, terminó convirtiéndose en el elegido para crear el resto de la música de Donkey Kong Country, ganándose el privilegio de ser contratado tiempo completo en Rare.[8] Por supuesto, después del éxito que obtuvo el juego en cuestión, David Wise no solo fue solicitado para la segunda entrega, sino que le fueron otorgadas cualquier cantidad de facilidades para superar su genial trabajo anterior, pero… ¿lo consiguió?
Créanlo o no, lo consiguió con creces y, aún más, repitió la dosis en la tercera entrega de la franquicia, pero ya hablaremos de eso en algún otra ocasión. Por ahora Bitúsica otorga su codiciado Sello de Genialidad al parte-aguas de banda sonora que el inmortal David Wise compuso para uno de los juegos considerado clásicos entre los clásicos del SNES. Sin duda alguna, Donkey Kong Country es uno de los videojuegos con una de las identidades más llamativas gracias, en gran medida, a su excelente música.
[1] Juan García, David Wise: “A lot of the inspiration in Donkey Kong came from trying to surpass the limits”, en “Gamikia.com”. http://gamikia.com/interview-with-game-composer-david-wise/ (16 de enero del 2012)
[2] Idem.
[3] Chris Greening, Interview with David Wise, en “SquareEnixMusic.com”. http://www.davidwise.co.uk/a-history/square-enix-muisc (Diciembre del 2010)
[4] Idem.
[5] Idem.
[6] Andy Robinson, LIKE: The music of Rare’s David Wise, en “Computerandvideogames.com”. http://www.computerandvideogames.com/368901/features/like-the-music-of-rares-david-wise/ (11 de octubre del 2012)
[7] Idem.
[8] Chris Greening, Interview with David Wise, en “SquareEnixMusic.com”. http://www.davidwise.co.uk/a-history/square-enix-muisc (Diciembre del 2010)