Regenera la piel, regula el metabolismo... Será tu mejor secreto de belleza.
Manido hasta la saciedad pero efectivo como pocos, dormir es el mejor secreto de belleza. Lo dicen las celebs –sobre todo cuando no quieren dar demasiados detalles sobre sus rituales –, las modelos –de genética afortunada que les hace ser poco asiduas a centros de belleza–, y los expertos, que avalan con firmeza, y con apabullantes datos, que es la mejor estrategia para presumir de piel sublime, cabello idem y buen metabolismo.
Porque sí. Todo (o casi todo), depende de tener un sueño reparador. Incluso nuestro poder de seducción, según un estudio publicado en el British Medical Journal –bautizado como La Bella Durmiente– que confirmó que las personas privadas de sueño resultan menos atractivas. Concretamente, la falta de sueño baja la percepción del atractivo un 4%. Y la de la salud, un 6. El sueño ha de ser profundo en las primeras horas, precedido por una cena ligera, disfrutado con antifaz y en una habitación sin luz y rematado con un despertar progresivo. Descubrimos, de mano del doctor Eduard Estivill, especialista en medicina del sueño y director de la Clínica del Sueño Estivill del Instituto Universitario Dexeus de Barcelona, todas las claves para que dormir sea tu mejor secreto de belleza.
Crece, crece. Como los niños pequeños. Así deberías dormir para presumir de piel de bebé. Aunque sabemos que esto no es posible, sí es importante tener en cuenta que la hormona del crecimiento, responsable también de la regeneración celular, se segrega durante las 3 o 4 primeras horas de sueño. “Este primer periodo de la noche es el más necesario para reparar y restaurar nuestra piel”, nos cuenta el doctor.
Hazlo de noche. Tenemos malas noticias para las personas que trabajan por la noche: dormir durante el día no es tan beneficioso. “El cerebro está programado para dormir por la noche y estar despierto durante el día. Hay hormonas como la melatonina que sólo tenemos durante la noche. El sueño diurno siempre es menos reparador y más fraccionado", afirma Estivill. ¿La consecuencia? Tener más problemas de piel, entre otras alteraciones.
¿Y el cabello? Aunque no existen datos que confirmen que las fibras capilares también se regeneran por la noche, el doctor cree que con el cabello ocurre un proceso similar. “Todavía no tenemos datos científicos para afirmarlo, pero se está investigando sobre el tema. Lo más lógico y de sentido común es que el proceso sea idéntico al de la piel”, nos cuenta.
¿Dormir mal engorda? Aunque no es una relación causa-efecto tan dramática, sí que altera nuestro metabolismo. “Las personas que duermen mal no tienen un mebolismo adecuado durante la noche. Esto hace alterar todas las funciones de la combustión noctura y la proliferación de hormonas que regulan el hambre y la saciedad”, nos explica el doctor, actual coordinador de la Unidad de Sueño del Hospital General de Cataluña.
Crea ambiente en la habitación para sentirte cómoda y conciliar el sueño.
La cantidad sí importa. Aunque no podemos pedirte que duermas como un niño –“Las horas de sueño que necesitamos son diferentes en función de la edad”, apuntilla Estivill–, es necesario que cumplas con devoción esta máxima: hacerlo durante ocho horas. Una cantidad que, a partir de los 65, puede descender hasta las 6.
La última cena. Es importante que sea ligera, aunque el doctor recomienda la inclusión de “hidratos de carbono, verduras, ensaladas y lácteos. Una ensalada de pasta y verduras con un yogurt o queso fresco es ideal”, nos cuenta.
En modo off. Si eres de las que terminas el día frente al portátil o con el móvil en la mesilla contestando correos electrónicos, te equivocas. Y mucho. “Es importante apagar el móvil, el ordenador y todo lo que tenga relación con nuestro trabajo y pueda estresarnos, al menos, dos horas antes de acostarnos”.
Divina rutina. Es importante enseñar a nuestro cerebro cuándo hay que iniciar el sueño. “Es necesario seguir el mismo horario a la hora de acostarnos y levantarnos”, afirma Estivill. Además, si te cuesta conciliar el sueño, es muy recomendable “darse un baño caliente, escuchar música, leer o hacer otra actividad relajante que no tenga que ver con nuestra actividad laboral”, recomienda.
Aunque un baño caliente resulta muy efectivo –la temperatura del agua no debe superar los 36 grados–, recomendamos fervientemente potenciarlo con un aceite de baño con aromas relajantes. A la hora de elegir los productos que vas a utilizar antes de irte a la cama, es importante que elijas productos con aromas relajantse como la lavanda o la camomila. También son muy recomdables las notas da jazmín, sobre todo por su cariz exótico. Es importante tener en cuenta que las notas cítricas siempre resultan estimulantes. Sin embargo, esta declinación con cítricos dulces resulta mucho más relajante.
Con antifaz. Adorado por las actrices, es el recurso por excelencia para facilitar la conciliación del sueño. “En el dormitorio debe haber ausencia total de luz y ruido”, nos comenta el experto. Y añade: “La temperatura debe ser de entre 19 y 23 grados”.
Wake me up when… Ni alarmas de móviles, ni despertadores bruscos. “La forma más aconsejable de despertarse es con luz progresiva (puede ser natural o artificial), igual que cuando sale el sol por la mañana. Debe ir aumentando su intensidad en unos 20 minutos”, nos cuenta el experto.