Dos aperitivos con huevos campomayor.

Si os pregunta cuál es vuestra comida favorita seguro que muchos de vosotros decís las patatas fritas con huevos.Hoy los vamos a preparar con unos huevos de lujo. Unos huevos camperos con todo su sabor y la yema bien amarilla.Como cuando éramos pequeños.

He frito a fuego lento con un aceite de oliva suave unas patatas nuevas, de la variedad Monalisa, para mi son las mejores porque no se me deshacen.


Bien doraditas pero al mismo tiempo blanditas por dentro. 

 Y en el aceite donde hemos frito las patatas vamos a freír unos huevos para colocar por encima.

Con el aceite bien caliente, que salga la “puntillita“.

Colocamos sobre las patatas y al centro de la mesa y que cada cual se sirva lo que le apetezca.No os olvidéis de ponerle un poco de sal encima de cada yema.

Mirad que color tiene esa yema...

Con otros de los huevos que me mandaron (de codorniz) preparé unas tapas para mis chicos.Unas con sobrasada mayorquina y las otras con sobrasada vegana (la naranjita)
Tostamos en la sartén un pan de semillas.

Al darle la vuelta le colocamos unos pegotes de las sobrasadas, para que con la calentor se ponga blandita.

En la misma sartén donde hemos tostado el pan hacemos los huevos de codorniz a la plancha.

Y los colocamos por encima, ¡listo para comer!
¿Conocemos un poco más a la empresa?
Granja Campomayor empezó en 1940 con 300 gallinas, una casa de labranza y mucha ilusión. Sus orígenes están cargados de esfuerzo, responsabilidad, calidad y el deseo constante de mejorar.



Han pasado ya 76 años desde los inicios y se han expandido mucho pero siguen teniendo el mismo aprecio por las cosas pequeñas y bien hechas. 
Cada día salen de sus instalaciones alrededor de seiscientos mil huevos, aproximadamente, catorce millones de docenas al año. 



Tienen unas de las instalaciones más modernas de Europa y cuidan con rigor la alimentación de sus animales. Es lógico que el producto sea inmejorable.



La calidad y la frescura de sus productos, tienen mucho que ver con la ubicación de las instalaciones de Campomayor. Están en un entorno natural privilegiado en donde sus animales gozan de un trato especial. Los miman y eso se nota después en el sabor del huevo.


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