Hoy os traigo esta entrada porque me resultó curioso comprobar cómo dos personas que buscan un mismo concepto de vivienda pueden dar con dos soluciones diametralmente opuestas. Dos espacios pequeños, de 45 y 36 metros cuadrados respectivamente, en ciudades frías (Moscú y Estocolmo) y con la premisa de eliminar compartimentaciones y buscar un espacio en que cocina, salón y dormitorio funcionan como un todo. Otra finalidad común, dar con la forma de ampliar la zona de almacenaje, ya sea en armarios…o bajo una cama elevada.
Para el apartamento en Moscú, se adoptó una solución equilibrada en la que el blanco predomina como telón de fondo mientras que el amarillo, rosa o esmeralda llenan el espacio con elementos de mobiliario o en elementos verticales. Una maravilla, podría vivir en esos 45 metros encantada.
El espíritu del apartamento de Estocolmo se intuye a primera vista. Un espacio que había nacido como trastero y en el que los nuevos propietarios deciden no intervenir en paredes o techos, dejando que ese aspecto frío y decadente forme parte de la personalidad de la vivienda.
Sin duda, cada vivienda transmite -o así debería serlo- parte del carácter, la personalidad y la forma de vida de quien en ella habitará.
Un mismo punto de partida, dos soluciones que en nada se parecen.
patricia
fotos. apartamento 1, apartamento 2