Revista Comunicación
Lamentablemente por muchos papeles que David Threlfall haga, siempre será el borracho desgraciado y egoísta de la fabulosa versión UK de “Shameless” (de la que surgió la también magnifica versión USA de la que hablaré otro día). Digo lamentablemnte porque cada vez que abre la boca en la miniserie “What remains”, no puedo dejar de verle con una pinta en la mano y los ojos perdidos
“What remains” es una miniserie, mezcla de intriga y terror, donde toda la trama se desarrolla dentro de una casa de apartamentos con unos vecinos ciertamente sospechosos. A raíz del hallazgo de una de las vecinas muertas, un inspector (David Threlfall ) empieza a sospechar que puede que no haya sido una muerte casual sino un asesinato. Desde ahí se desarrolla una historia de intrigas y flashbacks para indagar en las relaciones de la muerta con los vecinos. Al final, nada es lo que parece y, como en una buena novela de Agatha Christie, todos o ninguno pueden ser el asesino.
Me parece muy interesante cómo la casa, al estilo de una casa encantada de película de miedo, es mas protagonista que algunos de los vecinos, donde subyace un halo oscuro de soledad y envidia entre el vecindario muy del estilo de “la comunidad”.
Como nos tienen acostumbradas las miniseries británicas, los actores se van repartiendo el peso de la trama, con especial atención a Steven Mackintosh ("Luther" o "inside men") que hace de periodista exalcoholico que una doble vida y relación con la muerta e Indira Varma (exmujer de Luther, Rome y recientemente en GOT), una vecina malvada, paranoica y narcisista que odiaba a la fallecida.
Todo ello compone una miniserie muy recomendable para pasar un buen rato, que te mantiene en tensión durante los 4 capítulos y tiene grandes dosis de dobles versiones y vueltas de guion.
Lo de “dancing on the edge” son ya palabras mayores: por presupuesto, por actuaciones, por vestuario…Inevitablemente te viene a la memoria “downton Abbey”, por la época en la que se desarrolla y por el aire aristócrata que rezuma. Y aunque la mayoría de sus personajes no tengan donde caerse muerto, van siempre impecablemente vestidos con smoking. La ambientación es magnífica y la música colosal, y aunque cuesta un poco entrar en la historia, acabas rendido ante ella
La miniserie, nominada a lo pasados globos de oro, donde Jacqueline Bisset ganó el de mejor actriz secundaria, es una maravilla tanto en la técnica como en la ejecución, con un fantástico Chiwetel Ejiofor (con sus 2 nominaciones a los oscar –american ganster y 12 años de esclavitud- y que ya vimos en "inside me"n o "The Shadow Line") que borda el papel de líder de una banda de jazz en Londres que revolucionan el panorama musical de la ciudad hasta que un trágico suceso cambia el rumbo de sus vidas y sus carreras.
La historia, envuelta en la atmósfera de la música jazz, el humo permanente de los cigarrillos y la sofisticación burguesa, es realmente una bofetada a la hipocresía de una sociedad que alternaba la rebeldía de apoyar una música de “negros” revolucionaria con las falsedad y doblez de un nivel social que les confiere el poder (¿o acaso la necesidad?) de hacer cualquier cosa para mantener su estatus. En esto el papel de John Goodman o Bisset se llevan el gato al agua, demostrando que con influencias y poder nada de lo que pueda ocurrir a tu alrededor, te va a tocar. Siempre habrá otros que se lleven la peor parte. Nada diferente a lo que ocurre, si lo pensamos bien, en nuestros días.
A mi me gusta especialmente Matthew Goode, al que podemos ver en “the good wife” últimamente y que conocí como novio de la Johannson en “matchpoint”. Aquí comparte protagonismo con Ejiofo. Sus dialogos y su interacción, le da a la serie el contrapunto afectivo que necesita. Interpreta a un periodista que sigue a la banda y que acaba convirtiendose en algo asi como su manager y publicista.
En fin, que si teneis un rato esta semana entre penitencia e incienso, dejaron envolver por la musica jazz y la aristocracia británica, y si es posible en una casa donde los vecinos son mas culpables por lo que callan que por lo que dicen.