Yo lo estrené para dar una vuelta y tomar el aperitivo y no le di muchas vueltas al look. El vestido tiene mucha presencia por sí solo... Por eso, lo combiné con un bolso dorado de Hakei con flecos con el que estoy encantada porque me pega con todo, y con unos zuecos de madera. Para darle un toque especial, añadí el ear cuff o pendiente orejero de "esmeraldas" de Zara que no paré de buscar hasta que lo encontré.

Como veis, un mismo vestido tiene muchas posibilidades y puede parecer incluso un vestido diferente. La clave está en una buena combinación, elegir bien los complementos y darle el toque de la personalidad de cada uno.
