Revista Arte
La influencia de la poco conocida sabiduría griega del siglo III fue decisiva, sin embargo, en toda la filosofía posterior, llegando incluso hasta comienzos del renacimiento. Plotino (205-270), filósofo alejandrino, fue verdaderamente el engranaje que unió, de alguna forma, la antigüedad griega más conocida con el pensamiento tanto occidental como oriental posterior. Su inspiración ha sido variada y amplia en las diferentes escuelas, tendencias y hasta religiones, que hicieron suyo parte del pensamiento neoplatónico de Plotino.
Uno de los pensadores más curiosos, siglos después, que utilizó parte de su saber fue el filósofo alemán Nicolás de Cusa (1401-1464). A pesar de ser un personaje importante de la Iglesia Católica, de Cusa manejó la idea del principio neoplatónico de la identidad de lo múltiple. Plotino insistió en demostrar cómo a partir de la unidad más absoluta, el Uno, se desarrollaba la variedad de lo real, de lo existente. Nicolás de Cusa señaló que los contrarios coinciden en el infinito, de esta forma interpretó de alguna manera la infinitud del universo.
También se adelantó un siglo a la teoría heliocéntrica posterior, afirmando que en el Universo todo se mueve y que la Tierra no está inmóvil en su centro. En el siglo XVI los pensadores y astrónomos del renacimiento comenzaron a mirar al cielo con otros ojos, más especuladores y analíticos. Copérnico (1473-1543), astrónomo polaco, fue el primero en describir la teoría del Sol como centro del sistema planetario.
El desconocido Petrus Apiano (1495-1552), cartógrafo y astrónomo alemán, fue el primero en observar que la cola de un cometa siempre está del lado contrario al Sol, adelantándose también hasta 1531 al describir la trayectoria del famoso cometa que el cosmógrafo inglés Edmund Halley (1656-1742) anunciaría mucho más tarde, en 1678, y por lo cual lleva su nombre.
(Imagen del grabado "Nicolás de Cusa atraviesa la imagen medieval del Universo", siglo XVI; imagen de Nicolás de Cusa; busto de Plotino, filósofo griego, museo Ostia, Roma; Reloj astronómico de la obra "Astronomicum Caesareum" de Petrus Apiano, siglo XVI; imagen de la fotografía de la NASA del cometa Halley.)
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