Conocido por todos como “DLC“. Traducido literalmente como “contenido descargable“. Algo de lo que todo aficionado a los videojuegos ha oído hablar, y con lo que prácticamente todos hemos tenido contacto en mayor o menor medida.
No es algo nuevo, las compañías han usado este sistema para traer, a través de la red, actualizaciones o nuevos trozos de juegos a nuestras casas desde los tiempos de la vieja Dreamcast, pionera en este sentido. Pero claro está, su alcance no era ni una millonésima parte de lo que es en esta última generación. Es difícil encontrar un título del catálogo de ps3 o xbox 360 del que no puedas descargarte algún tipo de contenido de la red. Y en un primer momento, es algo de agradecer. Pulen algunos detalles, alargan la vida de nuestros juegos favoritos con nuevas fases o personajes… Pero. Siempre hay un pero.
El Eslabón Perdido, primer DLC de "Deus Ex HR" Un capítulo que se saltaron en la historia principal.
El problema no es el dinero. Bueno, en el fondo sí, pero no el nuestro. Me explico. A mí no me importa gastarme cinco o diez euros si lo que me ofrecen es de verdad un nuevo contenido de calidad, con el que disfrutaré y que me hará olvidar el dinero invertido. Cierto es que hay contenidos que llegan a ser caros, pero teóricamente no deja de ser “contenido adicional“, si no te parece que vale lo que piden por él, no lo compres. Pero claro, lo de “contenido adicional” no significa lo mismo para distribuidoras y consumidores.
Parece que ellos lo ven (supongo que no todos…) como una oportunidad de seguir cobrándote después de que ya hayas pagado por su producto. Te venden el juego como si fuera una gran obra de arte, y tú lo disfrutas como tal. Pero al pasar un tiempo (el justo para que empieces a notar que falta algo), llega la noticia. Nuevo “DLC“. Y pagas por él creyendo que va a ser algo nuevo, algo que te va a sorprender, cuando en realidad es un pedazo de juego sacado con pinzas del original. Y no se cortan lo más mínimo. Con Resident Evil 5 lanzaron dos supuestos nuevos modos en formato descargable, uno de los cuales ocupaba tan sólo un par de megas (una demo de ps3 puede ocupar unos 500 o 600), lo que nos lleva a pensar que era una simple “llave” de desbloqueo para algo que ya estaba incluido dentro del disco. Para “Gears of War 3“, hubo “contenido adicional” disponible (previo pago) desde diez días después de su lanzamiento. Y para el próximo “Battlefield 3“, ya han dejado caer, como quien no quiere la cosa, que tienen a un grupo entero de desarrollo centrado en “downloadables“. ¿Me estás diciendo que me vas a cobrar 70 euros por un juego incompleto, y que al poco tiempo vas a sacar el resto de pedazos por unos 10 cada uno?
Y esto son sólo algunos ejemplos de entre los cientos que podría haber elegido.
Primer "DLC" de Btf3, anunciado antes de la salida del juego. Premio para los que lo reserven, que serán los únicos que disfrutarán este "contenido adicional" de forma gratuita.
Cada vez pasa con más títulos. Esa caja de plástico que compramos en la tienda ya no es tan sólo un juego, es todo un “Caballo de troya” en versión moderna. Pensadlo. Lo metes en tu casa como una joya, y al poco tiempo muestra su verdadera intención a base de ponerte los dientes largos con la promesa de nuevos y maravillosos contenidos para ese juego que tanto te gusta, y acaban desangrándote poco a poco, aprovechándose de tu amor a los videojuegos (y de la facilidad que da comprar por internet), “invitándote” a comprar algo por lo que ya has pagado realmente.
Y este no es el único problema. Gracias al fenómeno de los “DLCs“, ya no importa lanzar al mercado juegos inacabados. Literalmente. Títulos estrenados con prisas, a los que alguna semana más de desarrollo habría librado de tontos defectos, o “bugs“, que empañan la calidad de los mismos. Títulos que salen al mercado faltando modos de juego que deberían estar incluidos en el disco. El ya mencionado “Resident Evil 5” y su criticado modo “versus”, o los recientes “Dead Island” y “Warhammer 40.000 Space Marine” con los modos “Bloodbath Arena” y el modo cooperativo respectivamente. “No pasa nada, ya sacaremos un “DLC” para arreglarlo, tú lánzalo ya que es buen momento para vender” (Por lo menos en este caso suelen ser gratuitos, faltaría más).
Un buen ejemplo de "juego inacabado". Numerosos bugs, y un modo de juego no incluido. Las correcciones del original y el "nuevo" modo de juego irán juntos en el "DLC" que sacarán en los próximos días. Que por cierto ha sido retrasado porque quieren pulir al máximo los fallos del título. A buenas horas.
Engaños disfrazados de innovaciones. Lo del contenido descargable es un gran avance ¿No? Poder mejorar y alargar nuestros juegos sin movernos de casa… Pero al final lo usan para vendernos juegos por trozos o inacabados… ¿Qué será lo próximo? Todo apunta a que en un futuro no muy lejano, los videojuegos nos llegarán por fascículos, como los coleccionables esos que venden en los kioscos. Cada semana (y sólo durante esa semana) 10 euros durante dos meses antes de la salida, y si al llegar el día de lanzamiento tienes los 8 trocitos, formas el original. Eso sí, si te saltas tan sólo una compra ya no tienes derecho al juego y pierdes el dinero. Creo que voy a registrar esta idea antes de que empiecen a usarla sin mi consentimiento.
No digo que esté en contra de este sistema de “DLCs“, ni mucho menos. Pero cuando te compras un coche, las ruedas vienen incluidas. Si luego quieres ponerle un alerón o dos, ya es cosa tuya.