'Drácula', de Bram Stoker

Hay monstruos y extrañas criaturas que se han convertido con el tiempo en verdaderos mitos y que forman parte ya del imaginario colectivo. Dos de estos casos son la Criatura, creada por Mary Shelley, y el conde Drácula, surgido de la pluma del irlandés Bram Stoker, irlandés por cierto al igual que Le Fanu, el padre de Carmilla.
El monstruo creado por Víctor Frankenstein ha arraigado en nosotros por las reminiscencias y las similitudes que guarda con la figura mitológica de Prometeo, el hombre ambicioso que desea convertirse en dios. Y quizá también porque cada uno de nosotros acaba identificándose de algún modo con la Criatura, con su soledad, su indefensión y su incomprensión. He de reconocer aquí mi devoción por este monstruo.
Pero, ¿y Drácula? ¿Por qué han llegado los vampiros, esos seres oscuros y aterradores, hasta nosotros? ¿Qué los hace tan atractivos? Fernando Aramburu lo ve así...

"Si sólo fueran repulsivos, como sus monstruosos ascendientes, quizá ya los habríamos liquidado. En todo caso, difícilmente las sucesivas generaciones habríamos hecho de ellos objeto de reiterada fascinación. Suyo es el reino de la noche, teatro del mal, el pecado y el horror. Con el curso de los siglos, han ido mejorando de aspecto. Fueron y serán reencarnaciones demoníacas, aunque desde el romanticismo para aquí, a primera vista, no lo parezcan. La iconografía actual los pinta atractivos, elegantes, respetuosos con las fórmulas de cortesía. Ni siquiera el clásico inaugural de Stoker, exento de dandismo, está libre de ser vinculado a una imagen de aristocrático refinamiento. A veces son mujeres hermosas y también muerden. ¿Cómo no entrever una pulsión sexual en los labios rojos, en la boca que extrae placer del cuello de la víctima, en el disfrute goloso de la sangre? Quien mire dentro de sí acaso encuentre uno."

Bram Stoker, (1847-1912)

Y éste es uno de los motivos, es verdad, pero... hay más.
La novela de Bram Stoker, publicada por primera vez en 1897 pero que no se tradujo en España hasta 1935, es de difícil clasificación pero puede ser incluida dentro de la novela gótica con alguna influencia de corte romántico en la ambientación. Drácula es una novela de terrorífico argumento, y una obra maestra en su género. Como decía Oscar Wilde...

"tal vez la más bella novela de todos los tiempos."

Los estudios sobre la creación y construcción de la novela han llevado a analizar las influencias de la literatura vampírica anterior en la obra y los indudables conocimientos que sobre la figura histórica de Vlad el Empalador poseía Stoker. Más allá de eso, se ha hablado de las pesadillas tras una mala digestión- muy mala debió haber sido- como germen de la historia o los efectos de las drogas que consumía para aligerar la nefritis y la gota que padecía. Otros estudiosos, sin embargo, hacen interpretaciones más freudianas y usan el psicoanálisis para llegar a hacer las horribles sangrías sufridas durante su enfermiza infancia y el odio latente hacia sus hermanos pequeños que le habrían usurpado su lugar preeminente en la atención de su madre el soporte inconsciente de la trama.
Sea como fuere, en pleno siglo XXI la figura del vampiro está más presente que nunca y con un futuro realmente prometedor.

Y ese largo futuro que se le augura se debe a la profundización que hay en Drácula en el alma humana, en la gran dualidad que nos es innata: lo masculino y lo femenino, las luces y las sombras del deseo escondido, la sumisión y dominación en las relaciones sexuales, el Bien y el Mal... una dicotomía ésta que el propio Bram Stoker llevé en vida: de día, a la luz, escritor y agente teatral con una apretada agenda social y una vida familiar más o menos exitosa; de noche, en la  oscuridad, un hombre atraído por el esoterismo y las ciencias ocultas y que viajaba con frecuencia a Parías a calmar sus ansias de placer- allí acudían con asiduidad también, y por similares motivos, Dickens y Collins- y en donde Stoker  contraería  la sífilis que finalmente acabó con su vida. 
La obra de Stoker ha supuesto en mi caso todo un descubrimiento: las construcción epistolar de la novela- diarios y cartas constituyen el conjunto del texto- estructura muy acertada que permite vivir de modo más  directo las experiencias de los protagonistas, participar de sus reflexiones y angustias; la trama en Londres- Stoker acerca al monstruo al entorno de sus lectores más inmediatos-; y la figura de Van Helsing, fundamental y gracias al cual recorreremos el corto trayecto entre el sueño y la vigilia, el sueño y la realidad, el sueño y la locura.

Henry Irving, actor del que Stoker era agente y que al parecer inspiró la imegen de Drácula

Drácula no puede ser calificada simplemente de una novela recomendable. Es una lectura imprescindible. No es tan solo la historia de vampiros, va más allá, mucho más allá. (Muchas gracias, Meg, por tentarme con este reto y poder descubrir así- más vale tarde que nunca- esta gran novela). 
No perdáis la oportunidad, si no lo habéis hecho ya, de viajar hasta los oscuros Cárpatos, con el ingenuo y racional Jonathan Harker, y conocer al verdadero conde Drácula. Eso sí, resistíos, si podéis a sus encantos...

"Bienvenido a mi casa- repitió-. Entre libremente. ¡Y deje en ella un poco de la felicidad que trae consigo!"

Y, si me permitís, quisiera recomendaros, si la vais a leer en castellano, la edición de Cátedra con un extenso prólogo y una estupenda traducción de Juan Antonio Molina Foix.
¡Gracias por vuestros comentarios! Nos leemos...

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