Drácula y el valor de la sangre

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Drácula se ha alimentado durante años a base de hermosas víctimas, succionando su sangre para así mantener su larga no-vida.

Drácula, el no-muerto, ha sido representado en numerosísisisimas ocasiones y de muchas formas distintas aunque siempre con el nexo en común de su alimentación en sangre. Este vicio pernicioso para el vampiro es su sanguinoliento sustento diario.

Origen del mito

Transilvania es una zona situada en Rumanía y limítrofe a Hungría, Serbia y Ucrania. En ella vivió la persona llamada Vlad Tepes, el Empalador, príncipe de la zona allá por el año 1450, esta figura fue la que inspiró al personaje de Bram Stoker. Personaje cruel (o producto de su siglo) se le conoce numerosas prácticas sanguinarias con sus enemigos, una de ellas trata de un empalamiento masivo realizado en 1459.

Vlad invitó a los boyardos (asesinos de su padre) para celebrar una gran cena pidiéndosle que vistiesen sus mejores galas. Al terminar la cena, los capturó y mandó empalar a los más ancianos, los jóvenes fueron obligados a ir andando hasta un lejano castillo donde fueron esclavizados para reconstruir el castillo de Bran, en aquel entonces en ruinas (¿no os recuerda nada de alguna serie actual?). Este castillo fue el usado por Stoker para representar el castillo de Drácula.

Posteriormente al personaje se le fue enriqueciendo en las historias que se iban contando para producir más terror, deformando así la realidad para llegar a nuestro días tal cual lo conocemos. Un ser que se alimenta de sangre.

Sangre; ¿alimento nutritivo?

Aunque estemos ante un ser que no está ni vivo ni muerto, él necesita de alimento para mantenerse, por lo que habrá que ver qué cantidad calórica le aporta la sangre a su dieta.

La composición principal de la sangre es agua en forma de plasma, en un 55% , y un restante 45% de glóbulos rojos, blancos, plaquetas y nutrientes. Posee varias funciones, la principal es la de oxigenar y retirar el CO₂ de las células, como también ser la via de retirada de desechos procedentes del metabolismo celular, así como de la distribución de los mecanismos de defensa y de los nutrientes por el cuerpo .

Aunque se pudiera pensar que la sangre al transportar el alimento a las células es un gran contenedor de calorías, no es así; la sangre es una muy baja fuente calórica siendo por ello un mal alimento. Es más, puede llegar a ser dañina, las altas cantidades de hierro que contiene puede producir envenenamiento y el continuo aporte de agua cargada de los desechos antes comentados puede llegar a afectar a los riñones.

Verdaderos vampiros

En la naturaleza existen tres tipos de murciélagos bebedores de sangre, estos han desarrollado un eficiente proceso de obtención de energía a partir de la sangre, todo debido a una evolución genética a partir de sus antepasados comedores de frutas. Este desarrollo se debe a una digestión mucho más eficiente de los carbohidratos, apoyado también por unas bacterias intestinales que poseen. Además, ellos mismos producen los nutrientes que no reciben de su sanguinolienta dieta diaria. Toda esta evolución les ha llevado a poseer en su saliva anticoagulantes y analgésicos para al morder no incomodar demasiado a la victima (Drácula creo que inyecta excitantes, por la cara de las victimas).

Estos murciélagos suele oscilar en un tamaño entre 6’8 cm- 9’3 cm y con pesos de entre 19 gr- 43 gr, requiriendo un aporte de 25ml de sangre cada 30 minutos, siendo el consumo medio por año de 26 litros. Si estos están 48 horas sin comer mueren por inanición.

El picoteo de Drácula

Ya vimos en el post “Cómo menguar al hombre menguante” como trásladar los costes energéticos de seres de mayor tamaño a menor tamaño y viceversa, por lo que en este caso habría que proceder de la misma forma.

Para mantener a un hombre adulto a base de sangre (relacionándolo con los números de los murciélagos) necesitaría este 1’45 litros de sangre a la hora. De media una persona posee 5 litros aproximadamente y sabiendo que con la pérdida de un litro se sufre riesgo de muerte, drácula dejaría a su paso un reguero de cadáveres en vez de mozas enbelesadas.

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Estamos ante una nueva imposibilidad, los requerimientos energéticos de una persona no podrían ser cubiertos a base de sangre, por lo que Drácula y sus vampíricos compañeros deben guardar un bocadillo en el ataud.

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