Tras la marcha del gran maestro Akira Toriyama, la expectación por la que iba a ser su obra póstuma se multiplicó.
Si la vuelta a la pantalla de los grandes personajes de Dragon Ball ya era el acotencimiento del año, ahora se había convertido en el evento de los últimos quince.
Atrás quedaba la fallida Dragon Ball GT, de la que Toriyama siempre renegó y Dragon Ball Super, un intento con sus luces y sus sombras de darle continuidad a la saga.
Dragon Ball Daima pretende volver a sus orígenes. Lo hace, además, reeditando los inicios de Dragon Ball GT, pero esta vez, en lugar de Son Goku, son todos los personajes principales quienes regresan a la infancia.
Falta por ver, una vez definida la premisa, cómo de bien se iba a llevar a cabo el desarrollo.
Llevamos tres episodios y hay cosas a desctacar:
Una factura impoluta
Si hablamos de la parte técnica, Dragon Ball Daima es, probablemente, la mejor animada de todas las series de Dragon Ball. Y en algunos momentos, con muchísima diferencia.
Atrás quedan esos episodios lamentables de Dragon Ball GT, o esos personajes burdamente dibujados de Dragon Ball Super.
En el primer episodio se hace un repaso a los grandes momentos de la saga con una reedición del dibujo asombrosa y la calidad se mantiene durante estas tres primeras entregas.
Queda por ver si serán capaces de seguir al mismo nivel.
Un desarrollo interesante
Si bien la premisa ya está vista, por ahora la historia parece querer llevarnos de la mano al orígen de todo: la serie matriz Dragon Ball. A ese Goku pequeño y despreocupado que luchaba contra monstruos de un poder relativo sin que el mundo estuviera a punto de desaparecer en cada instante.
Aunque todo se desarrolla en el mundo demoníaco, la percepción de que la historia nos devuelve a esa intrascendencia, a ese amor por las cosas más sencillas y menos relevantes, ha sido el mejor de los descubrimientos hasta ahora.
Sí que es cierto que todo apunta a que no aguantará mucho: los personajes, aun siendo niños, mantienen sus poderes y entiendo que sus oponentes tendrán que estar a la altura.
Pero ya no es todo esa carrera sin frenos hacia la enésima transformación, hacia el poder de los dioses super guerreros. Ahora las batallas se dan por unas cuantas hamburguesas. Y eso me encanta.
La nostalgia
Bien es cierto que todo esto parte de que muchos de los que nos acercamos a Daima lo hacemos con la retina cargada de recuerdos de Goku y sus aventuras hace más de veinte años.
La nostalgia siempre ha sido un arma de doble filo, pues en su capacidad de atraer reside también el peligro de hacernos ver que nada volverá a ser como antes.
Sin embargo Daima ha conseguido hasta ahora mostrarse lo suficientemente independiente de sus predecesoras para, aún llevándonos de vez en cuando por los senderos de los recuerdos, convencernos de que se trata de algo nuevo y diferente.
Queda mucho por recorrer en esta nueva aventura, pero apunta a ser apasionante.
La entrada Dragon Ball Daima – Primeras impresiones se publicó primero en El Blog de Sergio Madrigal.