Dragon Ball Z: La resurrección de F. El regreso.

Título original:
Dragon Ball Z: Fukkatsu no F
Año:
2015
Fecha de estreno:
06 de noviembre de 2015
Duración:
94 min
País:
Japón
Director:
Tadayoshi Yamamuro
Reparto:
Animación
Distribuidora:
Alfa Pictures
El verano pasado se estrenaba por primera vez en cines en España una película de Dragon Ball  (La batalla de los Dioses). Ahora, Goku, Vegeta, Gohan y compañía regresan a la gran pantalla para reenfrentarse al, posiblemente, villano más temible, monstruoso y carismático de la serie: Freeza. Como recordaréis, el Trunks del futuro hacía pedazos -literalmente- al despiadado Freeza. Muuucho tiempo después -estos hechos suceden tras La batalla de los Dioses-, Sorbet, viaja a la Tierra a arrebatarles las bolas de Dragón a Pilaf, Shu y Mai para que Shenlong resucite a su amo. Tras recomponerse en una máquina inventada para ello, Freeza vuelve a la Tierra con un ejército de mil hombres dispuesto a vengarse de los Super Saiyajins que le mataron. Gohan, Ten Shin Han, Krilin y el maestro Tortuga hacen frente al ejército esperando a que Vegeta y Goku regresen de su entrenamiento con Wiss. 

Dragon Ball Z: La resurrección de F capea el terreno para llegar al enfrentamiento entre los dos Saiyajins y el sádico villano icónico. Para abrir boca, una lucha en la que los secundarios apenas se despeinan -sobre todo Krilin-, dando paso a un súper combate. Justo lo que los fans demandaban tras la pobreza de la pelea final en la anterior película. En esta película, se nos da la oportunidad de ver las evoluciones tanto de Freeza en su versión dorada hortera -dicho por él mismo- como de Goku y Vegeta, en un estado superior al Super Saiyajin Dios. Luchas cuerpo a cuerpo, Kame Hame Ha y otras técnicas de destrucción son empleadas para deleite de los espectadores. ¿Cuál será el resultado de esta encarnizada pelea? Desde luego, los seguidores de la saga están acostumbrados a sorpresas durante los combates. Y La resurrección de F no iba a ser la excepción.
Esta película, dirigida por Tadayoshi Yamamuro y supervisada y guionizada por Akira Toriyama, encauza el humor infantil de la anterior película hacia unos derroteros más serios. Se focaliza en la acción, en la incertidumbre y en las artes marciales dando paso a un tono más profundo. No obstante, el humor siempre fue una tónica constante en el anime y aquí sigue notándose, en especial, en la relación de Goku y Vegeta, tan orgullosos como de costumbre. Como en La batalla de los Dioses, Bils y Wiss se erigen como los personajes más irritantes, con sus salidas de tono humorísticas. Por lo demás, aunque tengan bastante peso al inicio, el resto de secundarios aportan poco a la trama, más allá de preparar el ambiente hasta la deseada batalla.

A nivel visual, el diseño de personajes se mantiene fiel a la obra original -nada de rediseños 3D como Los caballeros del Zodiaco o Doraemon- en aras de proseguir con la continuidad de la historia; una historia que ha cautivado a millones de seguidores en todo el mundo desde hace más de treinta años. La logenvidad de Dragon Ball deriva de su capacidad de actualizarse con nuevos personajes, nuevas peleas y nuevas historias en las sucesivas series animadas. Pero, en las últimas películas, han abogado por una especie de referencia, de homenaje, al fan más fiel. La resurrección de F aporta luz y el broche -de oro- final a la historia del desalmado Freeza. Acción, destrucción, socarronería y una migaja humorística condimentan un minucioso trabajo de continuación de la saga Dragon Ball Z en una película amena, brutal, descorazonadora y esperanzadora a partes iguales.
6,5/10