Saludos a todos. ¿Alguna vez habéis comenzado un libro a lo tonto, por entreteneros durante una espera por ejemplo, y os quedasteis enganchados sin poder dejarlo hasta terminarlo? Es lo que me ha ocurrido a mí con la novela que hoy veremos. Debo decir que tengo una deuda contraída con su autor, pues siendo uno de los escritores contemporáneos más importantes dentro del género de Terror y habiendo escrito libros al alimón con Stephen King (santo patrón de KindleGarten), sólo me había leído hasta ahora su buque insignia, la archifamosa "Fantasmas". Lo cierto es que tras disfrutar como lo he hecho con la obra que a continuación veremos, estoy dispuesto a saldar dicha deuda cuanto antes. Vamos con nuestra reseña de hoy:
Título: Dragón (Floating Dragon)
Autor: Peter Straub, novelista, poeta, editor y autor de la exitosa "Fantasmas" (Ghost Stories).
Lo leemos...: En digital, en el Kindle.
Sinopsis: Hampstead parece una tranquila y apacible ciudad residencial para neoyorquinos acomodados, pero esconde un terrible mal que regresa con cíclica precisión para convertirla en un infierno. Un desafortunado accidente químico precipitará su retorno y lo hará más poderoso y letal que nunca. Cuatro personas complemente distintas que sólo tienen en común sus facultades extrasensoriales deberán unirse para hacerle frente e intentar evitar que destruya Hampstead por completo.
¿Cómo la podemos definir?: Como una novela de Terror y Misterio, que es tanto un thriller psicológico y de suspense como una historia de horror sobrenatural.
¿Qué podemos destacar de ella?: Que muestra una extraordinaria pericia literaria, combinando diferentes estilos y puntos de vista narrativos, y que posee una notable profundidad con gran cantidad de hilos argumentales secundarios y de historias paralelas, creando una obra muy rica y llena de matices.
Lo primero que sorprende en "Dragón" es su complejidad, inusual en obras de este tipo. Partimos de dos tramas paralelas pero concurrentes. Por una parte, un gas terriblemente letal, el DRG-16, desarrollado con fines militares, se escapará a la atmósfera por accidente sobre el área de Hampstead, la población donde transcurren el grueso de los acontecimientos. Por otra parte, tenemos el Mal en sí mismo, el Dragón que da título a la novela, que reaparece de forma cíclica y periódica desde el nacimiento de la localidad [anticipando una idea que veremos también en la posterior "It" de Stephen King] sembrando la misma de muerte y desolación. Así pues, Straub conjuga los elementos puramente sobrenaturales y fantásticos con los mundanos: el terror provocado por nuestros propios errores y por la posibilidad de destruirnos a nosotros mismos creando algo mortífero para lo que no tengamos solución (recordemos que en aquella época la Guerra Fría estaba en pleno apogeo y que los años setenta fueron la era dorada del cine de catástrofes).
Ambos horrores (el gas nocivo y el Dragón) se catalizarán mutuamente para crear un escenario dantesco. Straub muestra una capacidad narrativa asombrosa para transmitir la sensación de caos y degeneración total en la que caen Hampstead y sus habitantes. A mi personalmente, gran parte del horror me lo ha transmitido lo irracional e impredecible del comportamiento de las gentes del pueblo, personas normales con vidas corrientes y cotidianas que comienzan a actuar de forma errática, ilógica y muy siniestra.
Me ha sorprendido también cómo Straub consigue transmitir desasosiego, incomodidad, desagrado. Mientras leemos notamos que no estamos a gusto, como si algo no acabase de estar bien, como si ni siquiera los protagonistas acabasen de resultarnos de confianza, y nos costase empatizar con ellos. Esta sensación de molestia constante ayuda a crear un ambiente de horror permanente, que se extiende a lo largo de toda la novela, concediéndonos pocas ocasiones para recuperar aliento. Si estás acostumbrado a ritmos más pausados, como los de Stephen King por ejemplo, que dosifica mucho más la acción, Straub te parecerá un tornado, pues la tensión es continua, creando un efecto de "huida hacia adelante". No puedo decir si es el estilo habitual del autor, pero al menos aquí puede provocar hasta un poco de agobio por momentos, por lo que se agradece que haya dividido el libro en muchos capítulos breves, favoreciendo que podamos descansar.
Para esta sensación de tensión y suspense, colabora en gran medida su dominio del lenguaje y su habilidad para las descripciones, que son muy gráficas. Realmente estamos en el terreno del gore, recreándose el autor en detalles desagradables, repulsivos incluso, pormenorizando sangre, vísceras, huesos, moscas, gusanos,... mención especial merecen los efectos del letal gal DRG-16, que descritas por Straub pueden ser hasta vomitivas para aquellos de estómago delicado.
Dentro del citado gore, el autor juega mucho con los olores: la sangre, el fango, el agua estancada, la orina y las heces, la humedad de los sótanos, la carne quemada, la podredumbre... todo lo que nos crea imágenes mentales de asco y de náusea.
Antes dije que incluso los protagonistas nos dan algo de rechazo. Vamos a matizar esta afirmación: Straub crea aquí personajes complejos, con muchas zonas grises. En"Dragón" no hay héroes, hay personas normales que se ven obligadas a enfrentarse a un enemigo formidable armadas sólo con unas habilidades telepáticas y precognitivas que ni comprenden ni dominan. El autor crea un grupo completamente dispar y en el que destaca el protagonista principal: Graham Williams, un escritor septuagenario, ex-alcohólico, tachado de comunista durante el macarthismo y repudiado por gran parte de los habitantes de Hampstead. Es el único del grupo que carece de telepatía. Por otra parte están Tabby, un adolescente con un padre trastornado y disfuncional; Patsy, una mujer a quien su marido maltrata física y psicológicamente; y Richard, quizás el más equilibrado de todos, pero obsesionado con un antiguo amigo fallecido tras caer en la toxicomanía. Todos ellos, al igual que la extensa nómina de secundarios, son personas con virtudes y defectos, y el autor no hace valer unas u otros, sino que debemos aceptar a los personajes tal como nos los entrega.
Y en verdad la relación de secundarios es amplia, como lo es el número de subtramas que maneja Straub. Es sorprendente cómo puede hilarlas todas para que guarden interrelación y todas ellas afecten, de una u otra forma, a la trama principal. Para enriquecer aún más la obra, el autor utiliza diferentes puntos de vista narrativos: La tercera persona omnisciente y la primera persona, ambas a cargo de Graham, que indicará cuándo y por qué usa una u otra, y la primera persona mediante los diarios personales de Patsy y Richard.
Lo nutrido del reparto podría explicarse por el desarrollo de los acontecimientos. Sin caer en el spoiler, sólo anticiparé que hay asesinatos y muertes. Muchos. Como se decía antes, "muere hasta el apuntador". Si sumamos los acontecimientos que Straub relata en las anteriores apariciones del Dragón, estamos ante uno de los libros más truculentos que yo al menos he leído en bastante tiempo. Y ante uno de los villanos más curiosos y con más recursos, del cual tampoco hablaré mucho más para no revelar detalles de la trama, pero el Dragón, su presencia casi permanente y su implacabilidad son parte fundamental del interés que suscita esta novela.
Por todo lo expuesto hasta ahora, queda decir que "Dragón" requiere una cierta concentración en la lectura, yo incluso por momentos tuve que volver atrás para recordar por qué estaba ahí tal o cual personaje, o que relación tenía con la historia principal, tan amplio es el dramatis personae y tal es el número de hilos argumentales abiertos a la vez. No quiero decir que sea liosa o complicada, pero sí que no es la típica novela de terror para leer en el autobús y olvidarla al poco, porque Straub cuida por igual fondo y forma, e incluso se recrea escribiendo, casi como si fuese un ejercicio de estilo.
Queda por último hablar de otro factor que redunda en la complejidad del libro y que también me ha llamado la atención: la cantidad de pasajes "mentales" que incluye, es decir de visiones, alucinaciones y delirios de los personajes, que se presentan en cualquier ocasión y que, en el contexto de una obra sobrenatural como esta, nos hacen dudar muchas veces de si lo que el personaje está viviendo es real o imaginario. Está percepción alterada se refiere a menudo a la distorsión de las distancias y las dimensiones, provocando desorientación y confusión en quien la padece. Así pues, es otro elemento que se suma a los ya citados para darnos esa sensación de incomodidad y desubicación de la que ya hablé más arriba.
¿Hemos subrayado algún párrafo?: Sí. Veamos primero la mentada sensación de incomodidad que decíamos:
"Les habían hecho pasar a una amplia habitación pintada con colores primarios, como un parvulario. Las enfermeras sonrieron a Patsy, que estaba ya muy inquieta a causa de la tensión existente entre sus padres y de la gente extraña y trastornada que rondaba por el pabellón. Seres con la cabeza demasiado grande para sus cuerpos o sacando una lengua demasiado grande para sus cabezas. Un hombre que paseaba obsesivamente junto a una pared tenía una profunda cicatriz en forma de pala en la frente. Los cerrojos y las rejas que había visto al subir a esta habitación hacían que se sintiese como prisionera en el hospital. Tal vez había sido un truco, un ardid para llevarla allí, ¡y sus padres la dejarían en aquel lugar! Aunque era la única niña en la estancia, ésta parecía adecuada para los niños, con sus mesas llenas de lápices y con toscos dibujos infantiles enganchados en las paredes."
Un momento de percepción alterada y de alucinaciones:
"Algo andaba mal; sin duda había pillado al fin la gripe. La voz del doctor parecía llegar hasta él desde una chirriante y oscilante banda sonora. Royce tuvo la impresión de que la hermosa estancia había crecido hasta alcanzar el tamaño de un hangar para aviones: parecía estirarse más y más, elevarse a decenas de metros. Menguó la luz y después adquirió un fantástico color rosado. De pronto, Royce tuvo dificultad para mantenerse en pie, la habitación era tan inmensa que amenazaba con aplastarlo. Cuando Muriel se plantó detrás de él con una taza de café, la aceptó sin decir palabra. El médico seguía hablando, pero Royce sólo oía un rumor de colmena. El café apestaba como a agua de albañal. Ahora estaba contemplando la pared llena de cuadros de soleados paisajes extranjeros, y, en medio de ellos, el espejo parecía derretirse. "Lo miré una vez", repitió el doctor. Sobre la superficie del espejo apareció un relámpago mellado. Él estaba en el espejo. Era un enano pelirrojo. Su boca sonreía burlona, y tenía los ojos medio cerrados. Era indeciblemente feo, una especie de gnomo vestido de policía."
Y una muestra del carácter gore del libro:
"Aquella criatura avanzó, envuelta en un olor a excrementos, a sudor y a piel sucia. Debajo de la cintura, arrancaban unas ancas y unas patas de macho cabrío. El monstruo transportaba el cuerpo de Tabby Smithfield sobre un hombro. Se echó a reír al ver la expresión de sus semblantes; después se irguió y levantó una pata. Un chorro espeso de líquido humeante cayó sobre el suelo y formó riachuelos entre la hierba seca. Una profusión de diminutos y activos bichitos nadaban en los orines de la criatura; pero Richard no quiso mirarlos...[...]"
¿Más datos de interés?: Me temo que no, ya que no tiene adaptación a otros medios (cine, TV, cómic) ni he encontrado en Internet ninguna anécdota o dato adicional, lo siento.
En resumen, "Dragón" es una novela recomendable para quien busque una obra de terror que se salga de lo ordinario y que sea más que una simple lectura de evasión. Por mi parte, desconozco si es una de las mejores obras de Peter Straub o si es una de las más prescindibles, y tampoco la puedo aconsejar para iniciarse en el autor (si no habéis leído absolutamente nada de él, lo más conveniente es sin duda comenzar por "Fantasmas") pero sí que puedo decir que es una lectura original e interesante, sobre todo si te gusta pasar miedo y no te importa mancharte de sangre, pues aquí la hay en cantidades industriales. Nos leemos!