Hwang Jung Eum no es una actriz que me apasione. No evito sus dramas, pero no me llega como otras. Grita mucho, hace muchos aspavientos… pero vale, puedo verla sin problema (conste que en Secret me encantó). Esta serie me tenía muy buena pinta, así que empecé a verla y… ¡ja! Me encuentro con algo similar a lo que sucede en Psycho, but it’s ok : hombre poderoso acosa desde las sombras a una mujer y hace todo lo que está en su mano para apartarla del hombre con el que creció para atraerla a su terreno.
Sí, en tan solo dos episodios, ya nos muestran todo esto. No sabía si huir o quedarme en el sitio, lo juro.
Seo Hyun Joo trabaja como editora en una editorial especializada en manhwa. Tiene a su cargo a varios escritores y espera su momento, pues la reclutaron con la promesa de que ella también tendría la oportunidad de ver publicado su propio manhwa. Seis días, solo tiene que esperar seis días para que ese momento llegue. Está emocionada y aguanta lo que le echen con la esperanza de cumplir su sueño. Pero los escritores se rebelan contra ella, logrando de ese modo que sea despedida. ¿Por qué? Pues porque hay un hombre que les paga para que logren despedirla. Sí, lo habéis adivinado: el protagonista se encarga de ello. ¿Y por qué? Pues porque la vio en cierta ceremonia y, como han estado enamorados al menos en tres de sus vidas anteriores, tienen que amarse en esta también (estoy poniendo los ojos en blanco, que lo sepáis).
Los esfuerzos de Hwang Ji Woo (Yoon Hyun Min) están destinados a atraerla a su terreno, pues la contrata para que cree un manhwa. No contento con esto, tira por tierra la cita a ciegas de la chica y se presenta él mismo en el café en el que había quedado con el otro hombre. Manipula a la agencia matrimonial que había organizado la cita para que así sea. Cuando el amigo de toda la vida de ella se presenta allí interpretando el papel que había acordado para destrozar la cita (¡Dios! ¿Está mal que diga que Seo Ji Hoon es monérrimo? Solo tiene 23 años, pero…), decide separarlos. Sobre todo porque sabe perfectamente que él vive en casa de ella, pues tiene perfectamente controladas las idas y venidas de la casa de la chica. Sí, da miedo, ¿verdad?
No contento con todo lo que ha hecho hasta este momento, decide acompañarlos con la excusa de una «entrevista para valorar la personalidad». Los dos habían hecho planes juntos para el final de la cita y él se mete en medio.
Pero no es eso lo único que hace, no. Decide que ella debe estar en un despacho bien cerquita del suyo y a él le pondrá un estudio donde trabajar. Pero eso es peligroso, porque los dos podrían estar a solas, así que decide no va a dejarlos solos ni un instante y hace que el chico viva en su casa. De ese modo puede tenerlos mejor vigilados.
¿Y cómo se obsesionó con ella? Pues en una ceremonia en la que ella declara que no piensa casarse, que vivirá para sí misma, la ve, la reconoce y orquesta ese plan para atraerla. En lugar de hacer las cosas de una forma sana, no, organiza una pantomima para hacer lo que le viene en gana. Todo súper sano y normal.
Esto sucedía en tan solo dos capítulos, así que no me quiero imaginar el resto.
Drama abandonado sin pena alguna. Odio que se romantice a los acosadores. Ya lo dije en la entrada sobre Psycho, but it’s ok: hay cosas que nunca, jamás, deben romantizarse. El acoso y las parejas posesivas y celosas son dos de ellas.