Revista Cine

“Dream Home” – la especulación nos hierve la sangre.

Publicado el 13 mayo 2011 por Cinefagos


“Dream Home” – la especulación nos hierve la sangre. 

“(…)Un pequeño apartamento de 55m2 puede costar por encima del millón de dólares”.

-Voz en off.

Podriamos considerar que la última decada se ha visto invadida, cinematográficamente hablando, por la fiebre del terror asiático, desde la efectiva “Ringo” (1998) (o “The Ring” (2002),el remake nos es más familiar) hasta las deleznables sagas de “The Grudge” o “The eye”, que cuentan ya con chorrocientas secuelas, remakes, making off’s y chapas. Todas con el mismo elemento en común, chica con pelo lacio que no se lava mucho y no le da mucho el sol.

Pues bien, cómo todo hype que se precie siempre es gratificante, al menos para un servidor, encontrar cintas que beban de otras fuentes, que supongan un soplo de aire fresco a este ya resobado género. Y aquí es donde entra “Dream Home” (Wai dor lei ah yut ho, 2010), una cinta hong-konesa que tuve el placer de ver en el último festival de Sitges -que se alzó con el premio a la mejor actriz y mejores efectos de maquillaje-. y que nos cuenta la historia de Cheng Li-Sheung (la sexy y desconcertante Josie Ho), una joven pluriempleada obsesionada con un piso en la zona alta, algo relativamente lejos de su alcance económico, que acabará sucumbiendo a la descomunal especulación de la burbuja inmobiliaria.

“Dream Home” – la especulación nos hierve la sangre.

Toda esta obsesión enfermiza, que a priori solo hace que distanciar al espectador del personaje, va adquiriendo una forma muy concreta a través de diversos flashbacks que se nos van incluyendo, sin hacer tropezar la película a nivel rítmico -algo muy loable por parte del director, que también firma el guión- , y que nos relacionan directamente con los acontecimientos del presente. Así pues, la película va jugando constantemente en dos campos paralelos, el presente -que representará la carnicería- y el pasado -donde se contiene la parte dramática del film, la que le da un empaque mucho más serio de lo que a priori uno pudiera pensar-, que narrados de forma lineal hubieran dado pie a una película sin un ápice de acción hasta los últimos diez minutos, con lo que se podría decir que su estructura no solo esta justificada, sino que es necesaria.

Con una relación bastante particular con su amante y sus compañeros de trabajo, nos damos cuenta que los vínculos sociales de Cheng no son más que sombras, motivadas por un interés superficial, como ella, al fin y al cabo, pero que conforme vaya avanzando el film nos daremos cuenta que, al contrario de ellos, esta posesión representa literalmente el fin de sus preocupaciones mundanas, una quimera que poco a poco se va convirtiendo en su única razón para vivir. En el tono de la película es donde reside su mayor valor, pues sabe combinar el mencionado drama social (con pequeñas pinceladas en temas como la familia, el amor, la alienación social o la crisis) sin provocar la vergüenza ajena ni forzar la “justificación”, con la gamberrada y el salvajismo de un primerizo Peter Jackson. La excentricidad será la tónica de estas últimas partes, donde toda broma de mal gusto se combinará con la crudeza y la tosquedad de las muertes. Tanto el mencionado premio al maquillaje como el plantel de actores ayuda mucho en este sentido, empezando por su protagonista, en un rol que se antoja complicado (que podría dar pie a sobreactuar, pero no es el caso), a sus convincentes secundarios, como su amante, familiares y, destacando por encima de todos, ciertos jóvenes que festejan en un piso -y hacen demasiado ruido-. Supongo que en ese tono, que combina lo desenfadado con lo serio, encuentra un equilibrio perfecto, que hace que la película no se convierta ni en una aburrida carnicería ni tampoco en un denso panfleto existencialista, todo lo contrario, es un prodigio del entretenimiento. Con razón, es uno de los más gratos recuerdos que tengo de este último certamen.

“Dream Home” – la especulación nos hierve la sangre.

El director Ho-Cheung Pan desempeña un notable trabajo, desde sus iniciales planos abiertos que invitan a degustar la tosca belleza de la arquitectura funcional, a la asfixiante y gélida atmósfera del interior de los pisos. Y es que si hay otra cosa a valorar por parte del artífice de esta película, es que no pretende desencajar la mirada ni el pensamiento del espectador, como hemos dicho antes, simplemente quiere hacernos pasar un “buen” rato mientras se permite el lujo de, humildemente, hacer pequeñas anotaciones en temas que nos son muy cercanos, por lo que también bienvenidos. En definitiva, logra mantener la atención del espectador incluso en esas partes en las que sin una historia que contar, se caería como un castillo de naipes.

Así pues, con una muy profesional puesta en escena, con un sentido del humor negrísimo, este -a tiempo parcial- festín del gore hará las delicias de cualquier aficionado al género, pero no exclusivamente, ya que tanto sus actuaciones como la historia están magistralmente construidas y merecen la atención de una mayor audiencia. Al menos yo, ya tengo una razón para seguir de cerca a este -hasta ahora para mi- desconocido director.

TRAILER:

 


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