Dior Dreamskin Perfect Skin Creator es una de las últimas novedades de Dior para el cuidado de la piel del rostro.
Su nombre lo dice todo, (Piel de ensueño) y seamos sinceros, para aquellas de nosotros (chicos incluidos) que ya no tenemos un cutis perfecto (sea por la edad, arruguitas, manchas u otras imperfecciones), ¿A quién no le gustaría tener una piel de ensueño?
Tomando la inspiración de la forma en que nuestros funciones de la piel, los científicos de Dior se han basado en la etnobotánica (ciencia que utiliza las propiedades de plantas y flores, empleando su sustancias naturales dotadas de actividad biológica para embellecer la piel), proyectaron casi trescientos ingredientes, realizó más de doscientos ensayos y pasaron más de mil horas para formular la combinación perfecta, para crear una “piel de ensueño”.
Como resultado, obtuvieron un producto que no sólo proporciona resultados instantáneos de belleza, sino que también ayuda a mejorar el tono y la textura de la piel con el tiempo y de su uso.
Según mi experiencia durante el tiempo que llevo usándola, creo que los científicos de Dior han dado en el clavo. Jejejeje.. La textura fluida de color rosa pálido (libre de fragancias) se aplica sobre la piel limpia y se funde al momento en el rostro, pudiendo usarse sola (piel nude) o como base de maquillaje.
Libre de siliconas y otros productos alérgenos, está indicada para todos los tipos de piel hasta las más sensibles. No es nada grasa, ni pesada, y una pequeñísima cantidad es suficiente para una aplicación en el rostro (cunde muchísimo). Gracias a su contenido en silicio, el producto se desliza fácilmente por la piel, y su sutil “toque” de polvo de diamante le da el punto de lujo a una crema de ensueño.
Pero eso no es todo: lo que hace Dreamskin que sea diferente a otras cremas, es su efecto en tres frentes:
El primero de ellos, dirigido la superficie de la piel tras la aplicación inicial, en dónde se pretende imitar la forma en las células de la piel, aportando una luz difusa a la tez de modo que el resultado final es el que básicamente reproduce su coloración natural, aunque en una forma libre de brillos (no contiene silicona), absorbiendo su luz natural y reflejarla con un halo luminoso, con un acabado sedoso e increíblemente mate. Las que tenemos la piel grasa y sensible como yo, lo agradecemos un montón, ya que el rostro se conserva impecable y sin brillos durante toda la jornada.
El segundo frente a destacar es su contenido exclusivo de los jardines DIOR (os aseguro que un día me encantaría visitarlos y poder contaros mi experiencia). De allí se extrae el “Complejo Celular” de la flor de Longoza, una flor de Magadascar que posee un poder de revitalización natural para combatir las arrugas y la pérdida de firmeza, de densidad y de luminosidad.
Y por último, su otro ingrediente estrella es el Opilia (en el Complejo Opilia), una flor legendaria de Burkina Faso, (el nombre suena rarísimo), que tiene la capacidad de identificar los marcadores biológicos que mantienen el equilibrio cromático de la piel, ayudando a proporcionar una textura más suave y uniforme de la piel, contribuyendo a reducir las manchas oscuras y el enrojecimiento cutáneo, estimulando la renovación celular y dejando un cutis radiante, reavivando la piel opaca, mediante su uso continuado.
No hace falta que os diga que mi desde la primera aplicación me quedé asombrada con sus resultados. Hay muchas cremas que prometen maravillas, pero de ahí a conseguirlas, va un abismo.
No vamos a engañarnos, las manchas no desaparecen de un día para otro, pero gracias a este fluido quedan matizadas y mi piel luce radiante, fresca y luminosa. ¿No es ese el sueño que todas deseamos?
Besos desde mi blog!!!
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