Revista Cine
Ryan Gosling lleva tiempo haciendo ruido, creo que ha logrado posicionarse mucho mejor que Ashton Kutcher, actor de su generación, quien parece que pierde mucho tiempo con las mujeres y no precisamente con la que hasta hace poco era su esposa. En fin… ese no es el tema, Ryan, quien ha realizado últimamente roles en cintas independientes (Blue Valentine, All the good things) lleva el peso en esta cinta del 2011.
La estética del film de Nicolas Winding Refn es modernamente límpida, no se si tiene que ver que es un tipo joven, pero los colores, decorados y el ambiente de la trama es mucho más que impecable, desconcierta ese modo ordenado de mostrar desorden, ese modo ordenado de mostrar caos y violencia.
¿Cuánto silencio hay en la rabia? No lo sé, pero el personaje de Gosling si, un tipo sereno que conduce como extra en películas y ayudando a huir a gente con muchos vicios.
El hombre es un misterio, todos sabemos que Hitler amaba a su perra y según pintaba florecitas, si eres un tipo individualista, que vives tu vida a tu aire, sin responsabilidades: ¿Quién te dice que tus perspectivas no pueden cambiar de la noche a la mañana, quien te dice que “el amor” (si, siempre es el amor… ) te haga complicarte la vida? Pero no “el amor” romántico, fútil y a veces egoísta, el amor por el otro, las ganas de salvarle la vida al otro que amas, aunque no la estés salvando “para ti”.
Dicen que amar es desear el bienestar ajeno, en Drive comprender eso (y aplicarlo) le cuesta la tranquilidad a un tipo violento que no sabia que estaba tan lleno de mala leche.
Actuaciones destacas en una cinta que recuerda (lejanamente) al Taxi Driver de Robert De Niro.
Calificación: 10/10