Revista Coaching

¿Dudas mucho cuando tienes que decidir algo?

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

¿Dudas mucho cuando tienes que decidir algo?

Por Vanessa Carreño Andrés ¿Eres de esas personas que siempre tiene mil dudas? Ante cualquier decisión, ya sea importante o una tontería cotidiana, ¿dudas mucho, le das mil vueltas y no terminas de aclararte?

Puede ser con cosas sencillas, en plan si esta tarde hago esto o lo otro, si este finde quedo con esta persona o no quedo, si me apunto a esto o no me apunto...

O con cosas más complejas, en plan si sigo en esta relación o no sigo, si invierto este dinero en esto o en lo otro, si cambio de trabajo o mejor me formo en otra cosa...

La cosa es que te pasas el día así, dudando de qué elegir, de si ir aquí o allí, de si tirar por la izquierda o por la derecha. Y te das cuenta de que dudas mucho, pero no ejecutas ni decides (casi) nada.

Porque quieres tener la certeza de que esa es la mejor opción, porque quieres tenerlo todo atado y bien atado, porque te da miedo lo que piensen los demás, porque te da miedo equivocarte y cuando lo haces conectas con una sensación muy profunda de no ser suficiente...

Por lo que sea, la cuestión es que dudas mucho y te cuesta decidirte por algo.

¿Te suena?

Y, cuando por fin decides algo, ¿te quedas pensando que no has elegido bien y que habría sido mejor la otra opción?

Por ejemplo, pides un plato en un restaurante y después le estás dando vueltas a si habría sido mejor pedir lo otro.

O decides el destino de un viaje y después te machacas pensando que sería mejor haber ido al otro sitio.

O te pones a estudiar unas oposiciones, pero no dejas de preguntarte si no habría sido mejor seguir buscando trabajo.

Si te sientes identificada con lo que te estoy contando, quiero decirte algo: para que puedas sentirte bien en tu vida, para que sientas que avanzas y que llevas las riendas, NECESITAS TOMAR DECISIONES.

Resumiendo, sería así: escuchar lo que sientes, confiar en ello, tomar la decisión que corresponda y seguir adelante sin darle más vueltas.

Y eso con lo más sencillo y con lo más complejo.

Que por supuesto que no con todo te llevará el mismo tiempo y que dependiendo de lo trascendental que sea esa decisión necesitarás reflexionar más o menos, pero lo importante es que decidas.

No que tomes la mejor decisión, ¡sino que decidas algo!

Ante cualquier dilema, ante cualquier situación de esas de izquierda o derecha, la manera de resolver siempre va a pasar por ejecutar, por decidir algo, por afrontar de alguna manera la resolución de ese dilema.

Que te quede claro: en la vida avanza el que decide, no el que toma la mejor decisión.

Porque las personas que quieren tomar la mejor decisión al final nunca deciden, o deciden demasiado tarde.

Y donde el que decidió ya lleva un buen rato ejecutando, el que no decide sigue perdiendo oportunidades.

¿Por qué dudas mucho y decides poco?

El problema es que hay quien se siente más cómodo en el proceso de la duda constante que en el de la acción.

Quien se engancha a ese bucle adictivo de darle vueltas a algo, pensando que así se está ocupando, y lo único que está haciendo es cargarse la confianza en sí mismo.

Porque la confianza en ti es como una plantita que se riega a base de tomar decisiones y se seca cuando te quedas paralizada en la duda y no decides nada.

Y, ¿por qué dudas mucho y decides poco?

Pues puede ser un problema de perfeccionismo. De que te exiges elegir bien y tener los mejores resultados, pero desde ahí te estancas y no avanzas.

O también puede ser que hayas ido dejando que otros decidan por ti, que no hayas aprendido a hacerte responsable de ti y vivas en una especie de piloto automático en el que las cosas te pasan sin que tú las decidas.

O porque hayas relacionado tu valía con hacerlo bien y si te equivocas sientes que no vales, así que prefieres no decidir a cargar con la culpa y el malestar de haberlo hecho mal. Es decir, mejor no hacer nada y no equivocarte a cometer un error y sentir que eres incapaz de tomar decisiones.

Como me decía el otro día una coachee (si tú también quieres trabajar conmigo puedes rellenar este formulario para tener una sesión de valoración), "antes no confiaba en mi capacidad de decidir sobre mi vida. Pensaba que sí, pero en el fondo no me creía capaz de hacerlo bien. Y, sobre todo, no me creía capaz de asumir que algo no saliera bien ni de responder ante ello. Por eso dudaba tanto cuando quería decidir algo".

O porque necesitas tenerlo todo bajo control y te da miedo tirar por un lado, soltar algo, y después descubrir que no era por ahí... Sí, para decidir hace falta estar dispuesta a soltar el control y afrontar el miedo.

O porque lo quieres todo y no quieres renunciar a nada...

O por miedo a lo que vayan a decir los demás, a que no apoyen tu decisión y a la vergüenza de haberte equivocado ante ellos...

O porque te da miedo hacer, te da miedo saber la respuesta y prefieres seguir en la fantasía de no saber que bajar a la realidad y que no sea lo que tú querías... Por ejemplo, que mejor no le pregunto a esa persona si busca lo mismo que yo y así me evito el dolor de que sea que no.

La cosa es que, por H o por B, ni resuelves, ni afrontas, ni decides.

(En realidad no importa tanto el "porqué", si no el "para qué". Así que sería mucho más útil que te preguntaras para qué no decides y qué pretendes evitar cuando dudas tanto).

Y prefieres estar en el run run que resolver y avanzar. Hay personas que se pueden pasar toda una vida en ese run run constante y sin resolver, porque les da más miedo lo que pueda pasar si resuelven, sentir que han fracasado, que no lo han hecho bien, que no han cumplido con las expectativas que los demás tenían de ellas...

Pero para resolver hace falta estar dispuesta a que algo te salga mal, a que no ocurra lo que tú quieres, a gestionar la frustración si eso pasa, a comprenderte y perdonarte si te equivocas, a que te hagan daño, a recibir críticas y a descubrir la verdad y afrontar, si es el caso, el dolor que venga con ella.

El dar pasos, el decidir, el hacer, NO es para que pase lo que a ti te gustaría, que es lo que frena a las personas que no toman decisiones. El decidir es para que resuelvas, avances y te quedes tranquila. Es decir, ¡el enfrentar tus miedos y moverte es para que te quedes a gusto y tranquila!

Y para eso no necesitas pensar tanto, ¡necesitas hacer!

Tres ideas para decidir mejor

Si te cuesta decidir y sientes que eso te impide avanzar en tu vida, que si decidieras con más facilidad todo iría más fluido, quiero dejarte tres ideas que me parecen importantes:

1.Confía. Una vez que escuches lo que sientes y lo que quieres, confía en que, decidas lo que decidas, será lo perfecto. Que pase lo que pase, será lo que tenía que pasar.

Muchas veces las cosas no pasan como sería ideal que pasaran, sino como tienen que pasar para que aprendas lo que necesitas aprender.

Entonces tus decisiones no han de ser las mejores, ni las que mejores resultados den, sino las que te lleven a aprender lo que necesites aprender. Porque la vida no es lineal y ningún camino lleva directamente a Roma. Y no pasa nada por dar un rodeo, que seguro que algo te llevas también en el camino.

Sentir esto con todo tu corazón te permitirá soltar el control y conectar con la confianza.

2.Decide y suelta, sin mirar atrás.

Cada vez que le das vueltas a algo que juzgas que hiciste mal, cada vez que te reprochas que tomaste una mala decisión y te equivocaste, estás agarrada al pasado. Y la vida es ahora, no ayer, ni antes de ayer.

Acaso cuando tomaste esa decisión, ¿sabías lo que sabes ahora? ¿Tenías los mismos datos? ¿Cometiste ese error a posta? Pues no, porque en cada momento lo haces lo mejor que eres capaz en ese momento, y si hubieras sabido lo que sabes ahora lo hubieras hecho diferente.

Es decir, ¿lo hubieras hecho mejor de haber podido o de haber sabido cómo? Por supuesto que sí.

Así funciona la vida. Tomamos decisiones por lo que nos parece mejor en este momento. Unas saldrán bien y otras no tan bien, no hay otra. Ahora no cambias nada por pensar en ello. Si te equivocaste es porque estás viva y mueves el culo (solo los muertos no se equivocan nunca).

Así que déjalo ir y sigue viviendo. Eres humana, deja de pretender ser una diosa sobrehumana.

3.Deja de creer que para tomar una decisión tienes que estar 100% segura.

Pues no, para decidir algo no hace falta estar completamente segura de que ese es el camino correcto, sino sentir que ahora mismo es el camino que necesitas, el que más te pide el cuerpo...

En realidad, no hace falta estar segura de nada, con estar un poco más dispuesta a esa opción que a la otra sería suficiente para decidir.

Sí, como lo lees, se puede tomar una decisión teniendo dudas, así que deja de exigirte estar siempre super segura.

Simplemente decide, y te darás cuenta de que eres capaz de decidir.

Cáete, y te darás cuenta de que eres capaz de levantarte.

Equivócate, y te darás cuenta de que eres capaz de superarlo y retomar el rumbo.

Elige escuchando lo que sientes, y te darás cuenta de que puedes confiar en ti para liderar tu vida.

La vida es un proceso en el que no se camina sobre seguro.

Por más que te engañes y quieras creer que sí, no puedes tener nada seguro fuera de ti misma.

Fuente: https://coachingtobe.es/dudas-mucho-cuando-tienes-que-decidir-algo/

Si quieres ver más posts de la misma categoría, haz click aqui:


Volver a la Portada de Logo Paperblog