Quizá son demasiadas cosas al mismo tiempo. Pero casi nadie puede llamarse a engaño de lo extremadamente perentorio del asunto, dado lo sucedido en los últimos días - y aquí mencionado y comentado en más de 7 anotaciones- con legislaciones y actuaciones sobre sitios en internet, y sus orígienes, motivos y futuras consecuencias.
Para no complicar más las cosas aún sin entender, que son muchas más de las que a continuación se exponen. Por ejemplo:
-- ¿Por qué se pretende aprobar una ley como la SOPA y la PIPA, si resulta que el FBI estadounidense puede cerrar MegaUpload, y pedir detención y extradición de su equipo directivo en principio legalmente?
-- ¿Es el FBI un nuevo autoproclamado "vigilante" global -por no decir universal- puesto a trabajar al servicio de los intereses de una de las partes en conflicto, básicamente el lobby de los grandes productores de cine, televisión y música estadounidenses?
-- ¿Qué pasa ahora con los documentos y los datos privados de miles de personas que estaban legalmente depositados en MegaUpload y sus compañías satélites? ¿Quién y cómo y por qué puede tener acceso a ellos, y con qué garantías de que la privacidad se haya mantenido o se mantenga?
Hay más, pero por suerte encuentro el diálogo de Enrique Dans en rtve. es ("El cierre de Megaupload va a disparar la aparición de páginas similares") sobre el asunto, que toca con certera brevedad (eso me parece, en mi ignorancia) esos y otros temas. Por ejemplo:
-- Según el FBI, Megaupload "incitaba" a sus usuarios a compartir archivos con derechos de autor y no eliminaba los enlaces que le pedían que eliminase. No se trata de defender a Megaupload, no es bueno que haya páginas que se dediquen a explotar económicamente los derechos de propiedad intelectual de terceros sin repercutir un beneficio a esos terceros, pero que exista un disco duro virtual es perfectamente legal, y su responsabilidad con respecto a los usuarios que almacenen y compartan materiales protegidos por derechos de autor está limitada por la DMCA (Digital MIllenium Copyright Act) norteamericana.
Si Megaupload lo hizo mal es algo que tendrán que determinar los jueces y sus abogados, por el momento no podemos saberlo porque lo único que tenemos es el texto de los demandantes, que obviamente los pintan como la encarnación de Satanás...-- En toda la historia, los cambios tecnológicos han tardado mucho en calar en la sociedad: cuando apareció el ferrocarril, el ciudadano medio creía, alentado por artículos sensacionalistas, que la velocidad de desplazamiento provocaría un movimiento de los órganos del cuerpo que acabaría ocasionando una muerte muy dolorosa. La situación actual replica en muchos sentidos aquella y otras similares: el sábado, una periodista me dijo en la radio que "algo había que hacer con las terribles pérdidas que estas páginas provocaban en la industria", algo completa y radicalmente falso, documentado, y con datos que deberían estar al alcance de cualquier periodista que quiera hablar del tema con un mínimo conocimiento de causa. La industria del entretenimiento ha hechos sus deberes de intoxicación informativa y los ha hecho bien, ahora toca a la prensa responsable deshacer sus evidentes mentiras.
-- Internet no está al margen de la ley. Aprovecharse de los derechos de propiedad intelectual de un tercero sin remunerarle con parte del beneficio obtenido es un delito y es bueno que lo sea. Pero una cosa es que haya que perseguir los delitos, y otra que haya que retorcer la legislación para posibilitar que se lleven a cabo acciones de control que vayan mucho más allá. SOPA, como la ley Sinde en España, suponen una enorme amenaza contra derechos fundamentales como la libertad de expresión, porque ponen en manos de un gobierno y sin tutela judicial efectiva (lo de los jueces es una mentira enorme) la capacidad de cerrar páginas en función de una denuncia que ni siquiera tiene que estar adecuadamente sustanciada. Es una barbaridad. Poner el desarrollo de internet y el progreso de la tecnología en función de lo que le conviene a la industria del entretenimiento es de una irresponsabilidad política descomunal.
-- Netflix estaba dispuesta a venir a España, y así lo anunció en su momento. Pero España es un mercado manejado por unos pocos, y entre todos ellos lo impidieron con precios para los derechos que ascendían a más del triple de lo que Netflix tiene que pagar en otros países, y negándole derechos sobre materiales producidos localmente. En esas condiciones, es imposible para Netflix siquiera plantearlo. Y por tanto, dio marcha atrás y anunció que no venía. ¿Por la "piratería"? En absoluto. Por la existencia de un férreo control monopolístico y anticompetitivo.
Y más asuntos, tratados en lenguaje ordinario, sin tecnicismos que quizá dentro de poco tengamos que conocer y saber manejar los ciudadanos de a pie, para saber qué sucede y qué nos puede suceder.
De ahí que tampoco esté de más saber que -semejante a la SOPA- lleva en marcha varios años un proyecto llamado ACTA, que va haciendo (más bien calladamente) su recorrido por el Parlamento de la Unión Europea: After SOPA/PIPA in the US, ACTA Makes Its Way to the EU Parliament.
De todos modos, hay un claro movimiento que pone en cuestión lo planteado en ACTA. Dado que en buena parte tiene sus orígenes y promotores en las mismas cercanías que la SOPA: en principio, las industrias del entretenimiento que quieren seguir funcionando con sus sistemas como si no existiera internet y como si no supieran que la red -de verdad, a fin de cuentas- de ser un perjuicio (no lo es), lo sería -para algunos- en grado mínimo.
Por esto puede venir bien atender lo que se argumenta en este video: