Es inevitable. A lo largo de nuestra vida vivimos pérdidas de todo tipo (física, emocional, vital, material…) y es totalmente coherente (y necesario) sentir dolor si para nosotros era algo o alguien valioso.
A lo largo de este proceso pueden generarse sentimientos de tristeza, enfado, culpa, ansiedad o impotencia, entre otras. Por eso no podemos atribuir si estamos llevando un duelo “normal” comparándonos con alguien que haya pasado por algo similar (o incluso ante la misma pérdida), ya que cada duelo es un proceso único que depende de cada uno de nosotros.
¿Qué podemos hacer?
–Permitirnos y no reprimir la expresión de la tristeza y otras emociones, entendiéndolas como la respuesta natural que se deriva de la situación vivida.
-También es importante dar cabida a las emociones positivas sin sentirnos culpables por reírnos, seguir practicando nuestras aficiones, etc. Forman parte igualmente de nuestra vida diaria y por supuesto que no implican falta de amor por la persona fallecida o que no sintamos su pérdida.
-Muy posiblemente también aparezcan pensamientos relacionados con temas que quedaron pendientes. Si esto sucede, algunas actividades simbólicas pueden ser de gran ayuda, como escribir una carta al fallecido en la que se expresen estos temas y se le “envíe” simbólicamente (por ejemplo, quemándola).-Es importante tener cuidado con no mirar con lupa los errores que puedan haber ocurrido en el pasado o los aspectos desagradables ocurridos a lo largo de la relación con la persona fallecida, minimizando o apartando los aspectos positivos que también hubo.
-El mantenimiento del vínculo con el fallecido tras su muerte desempeña un papel positivo en la recuperación al facilitar la adaptación a la pérdida y proporcionar confort, apoyo y consuelo al doliente.
Algunas formas de mantener ese vínculo podrían ser:
- Considerar al fallecido como una parte valiosa de nuestra biografía personal, recuerdos que hemos vivido y que siempre formarán parte de nuestra vida
- Utilizarle como modelo o guía moral. Por ejemplo, preguntarnos qué habría hecho ante una situación para ayudarnos a tomar una decisión, o dedicarle simbólicamente nuestros éxitos o momentos importantes que vivamos a partir de ahora.
Es necesario aceptar que no es un proceso sencillo y que la tristeza o añoranza seguirá apareciendo, sin que eso signifique que estamos haciendo algo mal en el proceso de duelo. Habrá fechas con un significado especial y recuerdos particularmente dolorosos que generarán emociones muy intensas.
La entrada Duelo: Recomendaciones para afrontar una pérdida se publicó primero en Centro de Psicología Psiconet.