Hoy es San Giuseppe, “la festa del papà”. Me hubiera gustado mucho tener mi papi un poco más cerca, para poderle regalar algunas zeppole di San Giuseppe hechas en casa, ya que me han salido bastante buenas. Mentiría si dijera que mañana echaré más de menos a mi padre, que otros días, porque lo echo de menos MUCHO, SIEMPRE. No es plan, que me ponga ahora mismo a hacer una lista cursi y demasiado personal, que no interesa a nadie más que a mí, sobre todas las situaciones en las que “mi manca” mi padre de manera exagerada, pero una de ellas viene demasiado a cuento, como para guardármela sólo para mí. Desde que estoy aquí en Italia, cuando voy a algún restaurante donde me tratan muy bien, tienda de comida de aquellas que tienen buen material, o pruebo algo que supongo que a él le gustaría tanto como a mí, lo primero que me pasa por la cabeza es que me gustaría llamarlo y que se pasara por allí a cenar, que hiciera la compra conmigo o le pudiera llevar un corte o un plato de lo que he acabado de preparar y me dijera qué opina. Si tengo un mal día, pensar que mi padre está tan lejos, hace que el hallazgo deje de hacerme tanta ilusión. Me dura sólo un momento, porque gracias a Dios, aunque lejos, la familia, la tengo. No me puedo quejar, pero … ¿No podría haber encontrado un compañero en Santa Perpetua o Palau de Plegamans?
Si hubiera sido fiel a mi ciudad de adopción, como postre para el día del padre debería haber preparado los Bigné di San Giuseppe. Han tenido más peso mis gustos personales y finalmente me he decantado por las zeppole di San Giuseppe, que, aunque también las venden en las pastelerías de Roma sin ningún problema, son más típicas de Nápoles y alrededores. En realidad no existen grandes diferencias entre la masa de los Bigné y la de las zeppole. Tanto unas como otras tradicionalmente se hacen fritas, aunque también se pueden hornear para ahorrar alguna caloría. Los Bigné son buñuelazos rellenos de crema o ricotta. Las zeppole, nidos de pasta de buñuelo, en medio de las cuales se pone la crema y se coronan con amarene sciroppate o un poco de trufa o nutella, en una forma que recuerda la caca de Arale. Aunque no hace falta ser maestro en repostería para prepararlos, si no los has hecho nunca antes, tienen algún paso toca-narices de primera. Yo misma, aunque había seguido al pie de la letra la receta, de una de las webs más populares y bien explicadas, que giran por Italia, he tenido algún que otro momento de … Pero no os preocupéis. Lo he tenido en cuenta y he incorporado algún consejo a la receta que seguí, para que no os pase lo mismo.
PD: ¿No podría existir ya de una vez por todas el teletransporte, como en Star Trek? Como, de momento, no, le envío a mi papá, una canción que a mí me gusta mucho, en lugar de las zeppole (A ver si el año que viene, nos va todo a todos un poco mejor).
La ficha
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Dulce para el día del padre: Le zeppole di San Giuseppe ~ La ragazza col mattarello