Mi plan era perfecto.
Iba a pasar una tarde en la cocina tranquilamente, sin tener que recoger los trastos del chef.
De hecho, esperaba que el chef ni se enterase de que estaba cocinando porque se había quedado medio sopa allá por la primera película pero, de vez en cuando, abría los ojos como hacen los viejos y decía algo así como: "No estoy durmiendo, estoy pensando"...
Tenía la receta perfecta, todo preparado y el horno precalentado, incluso me puse un poco de música como hago siempre para cocinar. Había metido el bizcocho en el horno y, atraídos por el olor y el calor de la cocina, el niño-grande y el chef aparecieron como las moscas a la miel.
-<<¿Qué preparas?, ¡gruuf!.>> - El chef todavía tenía el pelo aplastado de haberse quedado dormido de ese lado y un ojo "pipa" medio cerrado todavía. El niño grande estaba rojo como un tomate del calorcito de la manta. Ahora que habían quitado el calor, venían a quitar el hambre.
-<<Ahh..Ya lo verás.>>-<<¿Son tenders?.>> -....Mierda. Siempre que me quiero hacer la interesante, me sale el tiro por la culata.
-<<Igual...>> -Claro, no era muy difícil saberlo, había visto la receta encima de la mesa. Ahí no estuve rápida.
Total, que se lo tuve que contar. Pero no les dejé tocar nada. Como estaban impacientes, ya no podían concentrarse en la película. Bueno, eso y que tenían hambre, según ellos. Pero hambre de dulce, y no les valía cualquier cosa.
Ahí estuvieron sin quitarme ojo de encima hasta que acabé los bizcochitos tender y nos pusimos a merendar. Tanta ansia tenían que casi no me dejan ni darles el baño de chocolate. Bueno, y qué decir de su escrutinio. Entre el calor del horno y el fichaje que me hicieron mientras cocinaba, me sobraba hasta el jersey.
Pero al ver el resultado de estos bizcochitos, mereció la pena.
Mientras merendábamos, al chef se le ocurrió que esta receta podría ser la primera de una serie de recetas que haríamos para el blog tituladas "Dulces comerciales de la infancia". Me pareció una gran idea porque los tender fueron uno de mis postres comerciales favoritos de mi infancia...Y adolescencia.. Y juventud...Y lo que me quedará hasta que los quiten del mercado, (señores de Milka, no lo hagáis).
(Receta de la pinche Kim)
~4 huevos L
~2 cucharadas de leche
~200 grs. de harina
~250 grs. de azúcar blanco
~1 cucharadita de vainilla en pasta
~Una pizca de sal
~300 ml. Nata para montar (con al menos el 35,1% de materia grasa)
~Azúcar blanco (al gusto)
~Cacao en polvo desgrasado (Unas 2 cucharadas soperas) (Tipo Valor)
~Chocolate con leche de cobertura
~Precalentamos el horno a 160º sin ventilador (150º con ventilador), calor arriba y abajo y forramos nuestra bandeja de horno con papel vegetal.
~Separamos las yemas de las claras y montamos estas últimas con la pizca de sal, hasta que se formen picos más o menos firmes. Reservamos en la nevera.
~Por otro lado, batimos las yemas con el azúcar unos 5 minutos, hasta que blanqueen y queden esponjosas y añadimos el extracto de vainilla, sin dejar de batir, otro par de minutos.
~Ahora, añadimos la harina tamizada, poco a poco, removiendo lo justo para que se integre. Cuando la mezcla ya sea homogénea, añadimos las claras que teníamos reservadas en la nevera con movimientos envolventes y en dos partes, para que nos sea más fácil. Llegaremos bien al fondo del bol para que se mezcle todo bien.
~Vertemos la mezcla en la bandeja de horno sobre el papel vegetal y, ayudándonos de una lengua de gato o espátula, esparciremos la mezcla formando un rectángulo de un grosor igual por todos los lados.
~Llevamos al horno, a la misma temperatura, durante unos 10 minutos. Pasado este tiempo, sacamos y volcamos la parte "desnuda" del bizcocho rápidamente sobre otro papel vegetal para poder despegar el papel vegetal de la parte de abajo.
Ahora viene lo más delicado, quitaremos el papel vegetal pegado, con mucho cuidado y, rápidamente (el bizcocho deberá estar aún caliente), enrrollamos con mucho cuidado y dejamos de esta forma enfriando sobre la rejilla.~Mientras enfría nuestro bizcocho, podemos ir preparando el relleno de cacao. Para ello, empezaremos a batir la nata, que deberá estar muy fría y, cuando empiece a espesarse, añadiremos poco a poco el azúcar, sin dejar de batir.
~Cuando la nata comience a estar casi montada (pero antes de que lo esté), añadiremos el cacao, cucharada a cucharada, sin dejar de batir, asegurándonos de que se esparce bien por toda la nata. Veréis que el cacao hace que la nata coja consistencia.
~Cuando nuestro bizcocho halla enfriado, desdoblamos con mucho cuidado, partimos en dos partes igual (a lo largo), y rellenamos con esta mezcla, enrrollándolo de nuevo con cuidado.
~Enrrollamos cada parte con mucho cuidado y envolvemos bien con papel film, apretando ligeramente. Los llevaremos a la nevera donde reposarán de un día para otro, para que cojan consistencia y podamos cortar nuestros bizcochitos.
~Una vez pasado este tiempo, sacamos nuestros rollitos de bizcocho y quitamos el papel film. Cortamos en partes iguales.
~Tan solo tenemos que fundir nuestro chocolate, al microondas o al baño maría, y colocar nuestros bizcochitos ya cortados sobre una rejilla. Volcaremos el chocolate sobre los mismos y dejaremos que el exceso de chocolate caiga antes de dejarlos reposar sobre un papel vegetal para que el chocolate endurezca.
Podemos hacerles alguna decoración por encima con el chocolate, como más os guste.Esperamos que disfrutéis de estos bizcochitos tanto como nosotros =)
¡Feliz semana!
¡¡¡¡Abrazo de osete tierno!!!!