Hola Graminoleños.
Es difícil encontrar grupos que después de cuatro décadas sean capaces de seguir publicando discos con cierto éxito. Lo normal es que se hayan quedado por el camino o como mucho se hayan subido en la rueda “revival” ofreciendo conciertos con un repertorio muy reducido y recordando tiempos mejores.
Pues bien, una de esas excepciones son los británicos Duran Duran, un grupo pionero en el movimiento New Romantic que no solamente se ha sabido mantener en el candelero con el paso de los años sino que lo ha hecho sin renunciar a sus señas de identidad a la hora de crear música, sin apenas cambiar su manera de hacerla y entenderla.
El grupo se formaría en el año 1978 cuando dos compañeros de colegio llamados John Taylor y Nick Rhodes decidieron formar una banda para la que reclutarían a dos nuevos miembros poco tiempo después. Da la impresión que para formar parte del grupo había que apellidarse Taylor porque esos dos nuevos componentes se llamaban Roger Taylor y Andy Taylor, aunque ninguno de ellos tenía ningún tipo de parentesco entre sí.
En un primer momento elegirían como vocalista a Stephen Duffy, pero apenas duraría su estancia unos meses, siendo sustituido por Simon Le Bon, momento en el cual puede decirse que nacerían realmente Duran Duran. Por cierto, su denominación la toman de un personaje del mismo nombre que aparecía en esa película de culto titulada Barbarella y protagonizada por Jane Fonda.
En sus primeros momentos llegarían a trabajar como porteros en los locales donde después ensayaban y tocaban, con el fin de poder ir abriéndose camino. Muy pronto llamarían la atención de las discográficas llegándoles la oportunidad de publicar su primer disco en el año 1981, el cual llevaría el título de “Duran Duran”.
El primer sencillo de este disco, y por consiguiente el primero de su carrera, iba a mostrar las aguas en las que iban a moverse. Se trata de una canción con un sonido y una puesta en escena al estilo de los emergentes New Romantics, pero con un sello muy personal que han mantenido a lo largo de toda su carrera.
Se trata de “Planet Earth”, una canción que tendría muy buena acogida en el Reino Unido y que iba a convertirse en su primer clásico.
Uno de sus sellos de identidad más evidentes sería el cuidado casi obsesivo de su imagen. Tanto sus ropas como su peinado eran cuidados hasta el más mínimo detalle. Eran un grupo con todas las características de los New Romantics pero querían ponerle un sello de elegancia que les diferenciara claramente del resto. Por este motivo no es de extrañar que de inmediato se produjera una especie de rivalidad entre ellos y Spandau Ballet, otro de los grupos representativos de este movimiento y que también blandían la bandera de la elegancia.
El disco obtendría unos buenos resultados de ventas en el Reino Unido, aunque no tendría prácticamente trascendencia en Estados Unidos. Y es que los norteamericanos iban a tardar en darse cuenta de lo que tenían ante sí, aunque posteriormente se convertirían en uno de los grupos de referencia de la época en aquellas tierras.
El segundo sencillo no tendría la repercusión esperada. Cuando apareció en el mercado “Careless Memories” su acogida fue bastante fría y el retroceso con respecto al sencillo de debut bastante evidente. Podría decirse que no supieron escoger acertadamente en esta oportunidad.
Como ya digo, su imagen sería muy importante durante toda su carrera pero principalmente en sus inicios, lo que llevaría consigo que sus videoclips contaran con una gran espectacularidad y adquirieran una gran popularidad. Dado que este segundo sencillo no había cumplido las expectativas, con el tercero echarían el resto a la hora de promocionarlo con un vídeo que no pasaría desapercibido para nadie.
La canción en cuestión es “Girls On Film” y en su videoclip promocional aparecen unas sugerentes mujeres en poses eróticas y sensuales incluso haciendo top-less, lo que llevaría consigo que tanto en la BBC británica como en la MTV norteamericana fuese censurado. Como suele suceder en estas ocasiones, basta con que se prohíba algo para que la gente se vuelque con ello, por lo que el efecto que se conseguiría con la censura sería el contrario al buscado, convirtiéndose esta canción en un grandísimo éxito y el videoclip en uno de los más populares de aquellos tiempos.
De esta manera su popularidad crecería como la espuma, convirtiéndose en uno de los grupos emergentes más destacados en Europa y empezando a ser conocidos en Estados Unidos. En Australia, por ejemplo, llegarían al número uno y el impulso del polémico vídeo llevaría al álbum a colocarse entre los más vendidos de su país.
Por si fuera poco, un cuarto sencillo aparecería en el mercado e iba a significar su lanzamiento definitivo. Una canción con un inicio contundente, un sonido inconfundible y un videoclip en el que sus ropas, sus pelos moldeados por la laca y su música conquistarían al público. Me estoy refiriendo a “Is There Something I Should Now? y ese inconfundible comienzo que dice “Please please tell me now”. Su primera joya.
Aprovechando el tirón, en el año 1982 publicarían su segundo disco, el cual llevaría el título de “Rio”. Sería el disco que confirmaría las expectativas depositadas en ellos tras su álbum de debut y que les concedería un estatus de popularidad y éxito bastante elevado.
En aquel momento ya eran muy conocidos en Europa y uno de los grupos con mayor proyección en el Reino Unido, lo que les llevaba a ser teloneros en sus giras de algunos de los grupos más importantes del pop de aquella época, entre los que se encontraban Blondie. Su manera de desenvolverse en el escenario y su música mostraría de inmediato que esta situación se les había quedado ya pequeña y que tenían entidad suficiente como para ser el plato principal.
El entusiasmo que levantaban en esas actuaciones en directo era tal que los sencillos que iban apareciendo en el mercado se situaban de inmediato en los primeros puestos de las listas de éxitos como sucedería con “My Own Way”.
En el Reino Unido se habían convertido en un auténtico fenómeno de masas y en el resto de Europa cada vez vendía más discos, aunque el mercado norteamericano se les seguía resistiendo. El movimiento New Romantics no logró demasiado éxito por allí salvo contadas excepciones y puesto que se les consideró desde el primer momento como uno de sus abanderados su relevancia al otro lado del Atlántico era más bien poca … de momento.
Sin embargo la situación iba a cambiar rotundamente en el momento en el que el grupo realizó algunas actuaciones en directo en tierras norteamericanas así como con la emisión por televisión del videoclip correspondiente a “Hungry Like the Wolf”, consiguiendo de esta manera abrirle los ojos a los jóvenes de aquellos lares.
Para terminar de darle el empujón necesario a su carrera en los Estados Unidos, tomarían una medida bastante acertada. Habida cuenta de que por allí el tema New Romantics no acababa de encajar ya que el público se sentía más atraído por la música para bailar, decidirían hacer algunas remezclas de sus canciones dándoles un toque más discotequero.
Una de las canciones que pasarían por ese tamiz discotequero sería la que da nombre al disco, aunque como ya sabéis los que me vais conociendo, yo me quedo con el original.
Aunque en muchas ocasiones se les colocó la etiqueta de grupo integrante del tecnopop que surgió como un meteoro en la década de los 80, y si bien es cierto que algunas de sus composiciones podían estar marcadas con el sonido de sintetizadores y similares, ellos siempre fueron mucho más que eso. Podría decirse que dominaban la escena tecno de la época pero sin pertenecer propiamente a la misma.
Éste no era sino otro síntoma de que nos encontrábamos ante un grupo fuera de lo normal ya que poco a poco había conseguido calar entre el público de distintos estilos, fuese más cercano al tecno o lo fuera al pop o al rock. Su imagen, sus videoclips y su música se abrían camino en todo el mundo.
Además, iban a demostrar que no solamente se movían bien en terrenos más bailables, sino que a la hora de componer e interpretar baladas también sabían lo que hacían. De esta manera obtendrían un gran éxito con “Save a Prayer”, la primera balada de éxito de su carrera.
Veíamos antes que con el videoclip de “Girls on Film” provocaron cierta polémica y sus imágenes fueron censuradas en algunas cadenas televisivas. Pues bien, con otra de las canciones incluídas en este nuevo disco sucedería algo parecido.
El título de esta sensual canción sería “The Chauffeur” y la gran diferencia con las chicas de las películas sería simplemente el éxito, ya que en esta ocasión, polémicas aparte, este tema pasaría bastante desapercibido.
En ese momento su popularidad había crecido tanto que eran ya un fenómeno de masas, sobre todo para las chicas, por lo que la catalogación como “Boy Band” fue inmediata aunque a ellos no les gustaba lo más mínimo ya que eran más, bastante más que eso. Su éxito y capacidad de convocatoria era tan grande que llegaron a ser denominados como “The Fabulous Five” en clara alusión a The Beatles. Lo cierto es que salvando las distancias la expectación que levantaban allá donde iban era similar a la de los de Liverpool en sus mejores tiempos.
Como prueba clara de que eran más que una simple banda de guaperas basta con comprobar que no solamente tenían éxito como grupo sino que ya eran capaces de realizar composiciones de gran éxito para otras formaciones. En lo que sucedería en el año 1983 cuando Nick Rhodes compuso el tema “To Shy” que llegaría al número uno en Inglaterra de la mano de la banda Kajagoogoo liderada por Limalh. Día a día seguían creciendo.
Todo parecía marchar a la perfección pero sería éste el momento en el que llegaría su primera gran crisis. Su meteórico ascenso a la cima del éxito les haría más inseguros a la hora de componer las canciones que deberían integrar su nuevo disco. Temían no estar a la altura, estancarse o incluso empeorar los resultados obtenidos con “Rio” y las fricciones y diferencias empezarían a aparecer.
Todo este ambiente de excitación y dudas les llevaría también a cometer los habituales excesos en materia de drogas y alcohol, por lo que vivirían unos meses bastante complicados en los que la continuidad del grupo llegó a peligrar. Afortunadamente, y con un retraso de casi seis meses, a finales del año 1983 saldría al mercado su tercer disco bajo el título de “Seven and the Ragged Tiger”.
Para la promoción del disco se les ocurriría un método que por aquella época era totalmente innovador y que hoy en nuestros días es una práctica habitual. Antes de que el disco apareciera en el mercado, incluso antes de que el primer sencillo que se iba a extraer del mismo empezara a sonar en las emisoras de radio, el videoclip promocional de esta canción empezaría a ser emitido en la MTV norteamericana.
Pensemos que nos encontrábamos en la época en la que los videoclips estaban empezando a acapararlo todo poco a poco y cada vez tenían más trascendencia a la hora de que un artista triunfara o no o de que una canción se convirtiera en un éxito o en una más. Por este motivo, la manera en que se promocionó “Union of the Snake” sería fundamental para los resultados que cosecharía su nuevo álbum.
Las ventas del disco volverían a ser muy elevadas, demostrando que continuaban la senda marcada por sus dos primeros trabajos. Se habían convertido en uno de los grupos más populares y más seguidos por el público de ambos lados del Atlántico y la “duranduranmania” no paraba de crecer.
Su imagen era imitada hasta la saciedad y la figura de Simon Le Bon estaba empezando a crecer enormemente, convirtiéndose en un auténtico sexsymbol para las jóvenes. Si a todo esto le añadimos buena música como “New Moon on Monday” no es de extrañar que fueran uno de los grupos más importantes del momento.
Si la venta del disco fue considerable, el éxito de su gira promocional no se quedaría atrás. Ya habían entrado en esa etapa en la que abarrotaban grandes estadios y en la que colocaban el cartel de no hay entradas en cada uno de sus conciertos.
Muchas de sus canciones iban convirtiéndose de inmediato en auténticos clásicos y algunas como “The Reflex” se convertiría también en una de las canciones más representativas del pop internacional de los años 80.
El éxito de la gira fue tal que durante la misma se grabaría un documental con el día a día del grupo. No cabía duda de que su popularidad estaba en un momento casi insuperable lo que daría lugar a la publicación de un disco en directo que recogería algunos de los momentos de su última gira y que llevaría el título de “Arena”.
Además de las grabaciones realizadas en directo, el disco contendría un nuevo tema de estudio que iba a convertirse en un éxito espectacular que alcanzaría casi la categoría de mítico. Sin duda alguna se trata de una de las mejores composiciones de toda su carrera.
Se trata de una canción con un poder tremendo, un sonido que te atrapa con un inicio espectacular y un videoclip que es casi una auténtica película en sí. Las imágenes que acompañan a la música son sin duda alguna uno de los momentos más destacados del pop internacional. Como muchos os imaginaréis ya me estoy refiriendo a “Wild Boys”.
A finales del año 1983 formarían parte de uno de los acontecimientos musicales de ese año, el cual perseguía una causa benéfica y en el que participarían la flor y nata de la música británica de aquella época.
Estoy abrando del proyecto capitaneado por Bob Geldof denominado Band Aid que interpretarían una canción titulada “Do They Know It’s Christmas?” cuya intención era recaudar fondos para luchar la hambruna que asolaba Etiopía. Un villancico muy especial, una canción mágica.
Sería entonces cuando surgirían las primeras diferencias internas entre los miembros del grupo, lo que originaría un fuerte cisma y la división del grupo en dos, hasta el extremo de que esas dos “facciones” generarían dos grupos alternativos con relativo éxito. Como es de imaginar, los rumores de separación aparecerían de inmediato, más si cabe cuando anunciaron que iban a tomarse un pequeño descanso para volcarse en esos dos proyectos al margen de Duran Duran.
El primero de esos proyectos sería impulsado por John Taylor y Andy Taylor. Ambos querían que el grupo girara hacia un sonido más contundente y rockero por lo que unirían sus fuerzas con Robert Palmer y Tony Thompson, batería de Chic, para crear un supergrupo llamado The Power Station. Puedo deciros que es una pena que no tuvieran continuidad porque la música que dejaron en su efímera existencia fue descomunal.
Como ya os digo estos cuatro auténticos monstruos de la música tuvieron un corto recorrido juntos pero dejaron canciones descomunales. La forma de tocar la batería de Thompson era difícil de igualar, La contundencia y elegancia de Palmer lo llenaba todo y los dos señores Taylor eran el complemento ideal con sus guitarras.
Entre sus canciones, la más destacada, la que más éxito cosecharía sería “Some Like it Hot” y la introducción de este tema, con una prologanda parte instrumental es para escucharla una y otra vez.
Por su parte, Simon Le Bon, Nick Rhodes y Roger Taylor apostaban más por seguir la senda de sintetizadores y música más cercana a la new wave dándole ciertos toques góticos, por lo que también crearían un grupo paralelo al que denominarían Arcadia.
Su trayectoria también sería corta, muy corta y al margen de una de sus canciones, el resto pasaría bastante desapercibido a pesar de que Le Bon manifestara en ese instante que era el mejor disco que jamás habían publicado. Da la impresión de que se trataba más bien de echar más leña al fuego en esas luchas intestinas que tenían por dilucidar hacia donde dirigir el grupo, en el caso de que éste tuviese continuidad, algo que todavía permanecía en el aire.
Su única canción destacada, la única con la que lograrían cierto éxito sería este “Election Day”. Lo mejor de todo es que creo que se darían cuenta de que valían más todos juntos que en dos porciones.
Todos los síntomas apuntaban a que el grupo podía ser historia. Cierto es que los respectivos proyectos que habían surgido de él no estaban acercándose siquiera a los que lograban todos juntos, pero el tiempo transcurriía sin noticias sobre un nuevo disco y quien más y quien menos veía bastante complicado que éste pudiera ver la luz.
Cuando todo parecía visto para sentencia, el mundo del cine vendría en su rescate. Sería en el año 1985 cuando se estrenaría una nueva entrega de la saga James Bond, la cual recibiría en nuestro país el título de “Panorama para Matar”. De todos es sabido que el tema central de cada una de las peliculas del Agente 007 recaen en artistas de reconocido prestigio y suelen cosechar un grandísimo éxito. Esta situación iba a repetirse también en esta oportunidad.
Y es que Duran Duran serían los encargados de ponerle música a esa nueva película de James Bond con el tema “A View to a Kill”, una canción que les devolvería a la actualidad y que iba a ser el pistoletazo de salida para su retorno al estudio de grabación para preparar un nuevo disco todos juntos. El vídeo ademas no tiene desperdicico, ya que al final del mismo, jugando con el apellido del que era la clarísima imagen de la banda, el bueno de Simon pronuncia la frase “I’m Bon, Simon Le Bon”. Además la canción es muy buena.
Sin embargo las relaciones entre los miembros del grupo no atravesaban su mejor momento y a pesar de que la intención era la de que todos juntos reiniciaran su camino, la sorpresa saltaría en el momento de entrar al estudio de grabación. Dos de sus miembros iban a quedarse por el camino.
Roger Taylor estaba cansado de los excesos que cometían sus compañeros y de lo frenético de sus giras por lo que decidiría abandonar el grupo. Por su parte, Andy Taylor, a pesar de que se había comprometido a tomar parte en el retorno al estudio, finalmente no sería de la partida ya que decidiría iniciar su carrera en solitario. Así las cosas el grupo quedaría ahora como un trío formado por Simon Le Bon, Nick Rhodes y John Taylor. Sin duda alguna eran tiempos difíciles.
Así pues, después de muchos problemas y algunos retrasos, en el año 1986 aparecería en el mercado “Notorious”, el primer disco de Duran Duran como trío, que mostraría un profundo cambio no solamente en su composición sino que también en su música.
Este nuevo trabajo contaría con la producción del prestigioso Nile Rodgers, que no solamente realizaría las tareas de producción sino que también echaría una mano con su guitarra, un auténtico lujo, en algunos de los temas del disco tras la deserción de Roger y Andy.
La mano de Rodgers se nota de principio a fin en todas las canciones del nuevo disco. El sonido que muestran se aleja descaradamente del realizado hasta el momento, adentrándose en tonos funk y música para bailar, algo que se hace palpable en el tema que da nombre al disco, otro de los clásicos de su carrera.
El disco tendría un gran recibimiento en un primer momento habida cuenta de que sus fans estaban ansiosos por volver a verles sobre el escenario y poder escuchar nuevas canciones, pero lo cierto es que el giro que habían dado a su música les decepcionaria en cierto modo, motivo por el cual sus ventas serían bastante inferiores a las cosechadas por sus primeros trabajos.
Ahora mostraban una música más madura, más trabajada, pero el abandono del pop para sumergirse en el funk e incluso por momentos en la música disco, no sería aceptado de buen grado por su público. Ellos mismos considerarían con el paso del tiempo este disco como un grave error en su carrera, pero el ambiente que les envolvía por aquella época posiblemente fue el responsable de que terminaran precipitándose.
La impresión que da al escuchar el disco al completo es que quisieron crecer demasiado deprisa, hacer cosas demasiado novedosas y llegar a registros a los que no habían llegado antes. Cada una de las canciones incluídas en “Notorious” está impregnada de un aire novedoso, algo que fue demasiado innovador para el público. No hay más que escuchar “Skin Trade”, otro de los temas destacados, para darse cuenta de estos extremos, con un Le Bon cantando en falsete, algo que apenas había realizado nunca antes. Eso sí, a pesar de que el disco deja pocas canciones a destacar, creo que ésta es una grandísima composición.
Al margen de “Notorious”, el resto de las canciones no obtendrían demasiado éxito y las críticas en general que recibiría el disco no serían demasiado buenas. Casi todos coincidían en que eran un buen grupo pero que lo que hacían ya no era Duran Duran, era otra cosa muy distinta.
La mayoría de los temas cuentan con una parte coral femenina muy marcada y con la sección de metal tomando un gran protagonismo. La mano de Rodgers se nota en cada uno de ellos lo que provoca que en ocasiones su sonido se acerque casi más a Chic que a lo que habían sido hasta ahora, como sucede con “Meet el Presidente”.
Lo que estaba claro es que su futuro estaba en el alero. Habían perdido a dos de sus miembros por el camino, habían retrocedido en cuanto a ventas, sus excesos empezaban a pasarles factura y el cambio de estilo les había sumido en un mar de dudas sobre que hacer a partir de ese instante, si recuperar la esencia que les llevó a ser uno de los grupos punteros o a seguir evolucionando hacia no se sabía muy bien donde.
Pero esta historia la continuaremos disfrutando en el siguiente artículo de “La Graminola” porque por hoy ya es suficiente. Eso sí, os doy una pista: la buena música nos acompañará como siempre.
Hasta la próxima, Graminoleños.
JUAN JOSÉ GOMARIZ