
Nos presenta Sergi de Diego Mas en su debut un libro original estructurado, como todo buen guión, en tres actos y un epílogo, que se articula como si fuera una película apocalíptica del bueno de Roland Emmerich, especializado en el fin del mundo y sus variantes. Y de ese fin del mundo moderno nos habla el autor a través de la metáfora; del aire y del silencio que atraviesa y articula el poemario a base de opuestos que juegan con el lenguaje. Resultan ciertamente originales algunos de los hallazgos del autor al representar el fin de una sociedad de iconos e imágenes tan abstractas como el dinero y las finanzas. Y ahí esta Sergi, valiente, cara a cara con Emmerich, para propugnar el advenimiento de una nueva era, tal vez menos científica que espiritual.
Pregunta:
¿Por qué E-mails para Roland Emmerich en un poemario realmente contemporáneo, actual, de hoy?Respuesta: Porque si no, aun siendo ambos artistas casi coetáneos, Sergi de Diego Mas no hubiese recurrido a John Cage para hablar del silencio, sino al manido José Bergamín.
El silencio es solamenteel abandono de la intención de oír. John CageEn el parque hay hologramas en blanco
y negro jugando al baloncestoHace frío en la canasta de siempre, en
el césped de cemento agrietado.
El frío nuclear en el que se abriga
el silencio.
El rechazo del sonido de los túneles
del metro es la contradicción de una voz
aterida en el andén vacío.
¿Me escuchas?
Soy un punto desvanecido en el rumor
de esta geografía, el centro en una
cámara anecoide sin fachadas.
Sin células.
¿Me oyes?
No soy el silencio de una película muda.
E-mails para Roland Emmerich, de Sergi de Diego Mas. Honolulu Books, 2012.