Revista En Femenino

Ébola: Y el silencio se hizo…

Por Ana María Ros Domínguez @anaroski

ocadizdigital teresa romero

¿Dónde están todos esos detractores y justicieros que han estado dando tanto la lata con el tema del ébola? Parece que ahora la curación de Teresa no es tan importante como su contagio. Parece que ahora la profesionalidad del equipo sanitario no merece una felicitación, parece que ahora los medios de comunicación no exprimen sus teclados para contar a los cuatro vientos el milagro ocurrido.

Y es que en este país que cada día se acerca más a ser una república bananera, parece que solo nos gusta alardear de lo malo, y que las cosas buenas, esas solo las miramos en otros, pero lo nuestro que trabajito que cuesta.

Me alegro mucho por Teresa, me alegro mucho por esos profesionales sanitarios que han conseguido poner el tratamiento adecuado y lograr que lo de esta chica haya quedado en una pesadilla, y seguro, a bien seguro, que ese religioso al que ella cuidó, desde el cielo ha intercedido por ella, para que siga aquí, y se recupere. Los que creemos, sabemos que Dios siempre da el ciento por uno.

Estoy cansada de una sociedad hipócrita que se apena por un pobre perro, pero que vuelve la cara a la desgracia de las personas, de una sociedad que prefiere matar niños a dar soluciones a las familias en régimen de exclusión social, de una sociedad que pretende venderte que lo fácil es lo mejor, cuando está demostrado que lo que realmente funciona es el trabajo y  la constancia.

Y es que trabajo y constancia, a pesar de las críticas, a pesar de los temores, a pesar de los miedos, es lo que ha permitido que este grupo de profesionales, que han cuidado a Teresa, hayan conseguido salvarla.

¡Enhorabuena!

PD: A todos los exaltadores, espero que sigan exaltándose ahora con tanta intensidad por todos esos seres humanos, hombres, mujeres y niños que mueren en África y que ni siquiera tienen la calidad de vida que tenía el perro de Teresa.


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