Lo de lanzarse a despachar productos vía on line no hace más que cosechar convencidos, pero todavía resiste mucho receloso en la “viña” española que considera que su sector no es de los que hacen carrera en el comercio on line, ya sea porque, según alegan, su producto o servicio no se puede vender ni reservar online, que sus clientes no andan por internet o pretextan que su negocio es de ámbito local.
Proporciónale a tu empresa una facturación procedente del comercio on line
Al menos así lo creen las pymes que se han prestado a responder a la llamada de Google que ha encuestado a 606 empresas del entramado español para elaborar su informe sobre el sector. Sin embargo, los que consideran que hay mucho pescado por vender en estos mercados virtuales son los gremios de la hostelería, el turismo, el ocio y el transporte.
Estos no cesan de engatusar al cliente con su simpatía 2.0 y después de tanto mimar la propiedad, arar la fértil tierra de internet, regando y sulfatando malas reputaciones on line se han zampado una cuota de ventas que ya querrían muchos echarse al gaznate empresarial, puesto que el comercio electrónico representa más del 20% de la facturación para el 31% de las pymes que realizan e-commerce. Dentro de éstas, el 43% reconoce que sus beneficios económicos se han incrementado gracias al comercio electrónico.
Pues bien, el sector está creciendo, echando raíces y la clientela comienza a gustar de patear centros comerciales on line: un 18,9% de personas disfruta con estos garbeos. El año pasado los convencidos se situaban en un 17,4% del 2010. Usease, traducido a las viles pelas: el volumen de negocio B2C total asciende a 2.055 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 23,1%14, respecto a los datos del año anterior.
El volumen de negocio de las compras on line asciende a 2.055 millones de €
Por no hablar de los que no se prestan a los desembolsos online pero localizan el producto de sus amores en la red. Lo descubren ahí, lo palpan con los ojos e ipso facto se marcan un tour a la tienda más cercana para adquirirlo. Esto suele suceder con la ropa, pues el e-commerce todavía aguarda el advenimiento de un probador virtual que permita encajar las telas sobre la primorosa figura 2.0 de la clientela y, así, ésta no acabe emulando al famoso cuadro de Munch al desembalar el paquete y ver ceñida la adquisición sobre sus carnes 1.0 (El Grito).
Desde luego, las pymes que ya pululan por la red aducen como motivos para la utilización del e-commerce la diversificación, (aumento de ventas por el uso de un canal adicional), mejorar la imagen de marca y el acceso a mercados fuera de España. Esos que el ministro de Economía nos receta frecuentar para sanarnos de las heridas infligidas por las crisis.
Además, de los que todavía no andan en el e-commerce, no creáis se aburren; ellos también faenan en este mar a través de las redes sociales, cupones descuento, páginas web, entre otros. Pero eso sólo es un 22%, los demás andan como el Titanic… fondeados en el Atlántico Norte.
Por cierto, aquí en Neo, somos buenos “armadores” de tiendas on line: