La ecología mejicana tiene en el ajolote (Ambystoma mexicanum) puesta la vista. Y es que este pequeño y raro animal (en lengua náhuatl axolotl, “monstruo acuático”) endémico del valle de el Parque Ecológico de Xochimilco, desde 1987 es patrimonio de la humanidad , se encuentra en estado critico de extinción.
En concreto en el último censo llevado a cabo por la Universidad Nacional Autónoma de México, realizado a finales del año 2013, no se encontró ningún ejemplar en libertad, por lo que se cree que se encuentre extinto. Las razones de esta tragedia es el espacio limitado de su hábitat y así, como no podría ser de otra manera la acción del hombre: contaminación del agua y la urbanización, así como la invasión de otras especies como la carpa y la tilapia, introducidas de manera artificial en el ecosistema.
Este singular animal es una variedad de salamandra y entre sus cualidades cabe destacar la inusitada capacidad de regenerar partes de su cuerpo, como su cola, sus extremidades o sus branquias. Además su sistema inmune es muy peculiar, permitiendo, por ejemplo, el trasplante de una extremidad de un individuo a otro sin que se produzca un rechazo, tal como ocurre con los mamíferos. Estas singularidades en su ecología le ha convertido en un objeto de estudio para los científicos desde hace ya unos años. Es posible que esta capacidad pueda dejar de ser estudiada ante la posible extinción de este pequeño anfibio, que de ratificarse en el siguiente censo previsto para 2014, solo sobreviviría en cautividad.
El Ajolote, simbolo de la ecología y biodiversidad mejicana
Además México perdería un emblema de su ecología y diversidad natural. Los antiguos Aztecas lo consideraban una deidad, y lo respetaban y apreciaban como tal. Según sus leyendas ancestrales el dios Xólotl(este es el nombre que los aztecas le daban al ajolote), hermano mellizo del dios Quetzalcóatl, se negó a sacrificarse en el fuego para hacer que el Sol y la Luna giraran y aparecieran el día y la noche. Trató de esconderse en los maizales, pero al ser descubierto se refugió en los magueyes (agave); como lo hallaron, se fue al fondo de un lago, pero lo atraparon y lo mataron.
La Universidad Nacional Autónoma de México, lleva un duro trabajo de protección y conservación del ajolote y su hábitat que ha día de hoy parece no dar sus frutos pese a los esfuerzos de los biólogos de la universidad. Se aferran a la posibilidad de la existencia de huevos sin eclosionar en algunos refugios recónditos para mantener la esperanza en la supervivencia de la especie. Esperemos que esto sea corroborado en el nuevo censo que tienen previsto realizar el próximo mes de marzo. Esperaremos los resultados con los dedos cruzados.
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