¡Bien empezamos!.
El templo de esta localidad ribagorzana está dedicado a San Martín y edificado en piedra sillar en el siglo XIII. Abre su puerta al Sur con cuatro arquivoltas, bajo moldura, apeadas en jambas con capiteles bajo ábacos vegetales.
En el intradós de la jamba interior, un curioso esquema serpentiforme a la izquierda
y un simpático ángel a la derecha
En la dovela de la portada, el crismón trinitario.
De nave única, se abre a los costados con huecos para albergar cinco capillas laterales
Presbiterio muy corto con bóveda de cañón que precede al cilindro absidial de medio cañón oculto por retablo del siglo XVI.
Nave de cuatro tramos sostenidos por fajones apuntados.
Coro alto bajo el cual se expone una colección de pilas bautismales.
Al exterior destaca el tambor del ábside rasgado por vano de doble derrame
sobre el que se construiría una tardía torre mudéjar.
Canecillos intrigantes recorren su perímetral.
Portada occidental cegada con óculo.
Y curiosas marcas de cantería irresistibles al juego de su identificación.
Y luego.... ¡ al puente!
Siete ojos, con el mayor apuntado y todos con dovelas alargadas en forma de lomo de asno.
Tamajares triangulares ensanchan los espacios.
En la perpetua tarea de ir haciendo Camino.