CONSEJO 1: Menos es más

Muchas veces los escritores queremos demostrar nuestro conocimiento de la lengua utilizando muchos adjetivos, palabras desconocidas, etc. Yo también me incluyo. Pero a no ser que nuestro público esté compuesto por eruditos o filólogos, el común de los mortales desconectará de la lectura y huirá a otro libro más "fácil". Cada libro y cada página debe contener las palabras necesarias y ni una más. No siempre por dar más detalles vamos a enriquecer el texto.Otras veces, me pasó leyendo El Anillo de Jorge Molist, el autor tiende a recordarle al lector lo que sucedió en el anterior capítulo, porque cree que se le puede haber olvidado. El efecto es a menudo un desastre: el lector, al que no hay que subestimar, puede acabar saturado al percibir que la historia no avanza.Como autores debemos recordar que volveremos atrás en la historia sólo si es absolutamente necesario. Si alguien necesita releer un pasaje o capítulo, déjalo que él decida, el lector es inteligente y sabrá detenerse en los momentos importantes de la obra.