Hace cinco años puse en marcha este blog con la intención de ir reseñando aquello que tuviera una cierta relevancia o interés en el mundo de la sostenibilidad asociada a la creatividad. Lo que empezó como un acto puramente egoísta (actualizaba el blog para no olvidarme de las cosas que me llamaban la atención) pronto se convirtió en algo que ha ido siguiendo cada vez más gente, entendiendo que lo que me interesa a mí también puede servir de inspiración a otras personas.
Hace cinco años el mundo del ecodiseño era menos conocido. Eran otros tiempos, el sector estaba menos consagrado y éramos, todos, mucho más ingenuos. Por suerte, ahora ya no. Hay unos cuantos blogs que han seguido la senda, hay estudios de diseño que hacen las cosas bien, empresas que empiezan a valorar esta manera de ver las cosas y usuarios no especializados concienciados y responsables. Ahora no resulta tan difícil identificar ecodiseño como separar el buen ecodiseño (o diseño, a secas) del no tan bueno.
Personalmente, mi persona y mi contexto han ido evolucionando a lo largo de este lustro y eso queda reflejado en las entradas de este blog. El blog ha cambiado y lo seguirá haciendo, tanto en forma como en contenido.
En este periodo de sobreinformación repetida, donde nos llega la misma noticia seis veces por canales diferentes, es importante generar nuevos contenidos, frescos, originales, reflexivos y maduros. Al menos, es lo que a mí me apetece. Es por ello que posiblemente escriba menos y mejor, del estilo de las últimas publicaciones aportadas al blog. Si queréis seguir al corriente de los movimientos, os recomiendo que me sigáis en Facebook o a través de mi Twitter o del de mi estudio de diseño Nutcreatives.
Gracias por vuestro apoyo e interés.