Joseba Morales + Doc Pastor
Steve Jobs, alma mater detrás de Apple, ha fallecido hace unos días y esto ha sido un golpe para muchos de los usuarios de sus productos, pero también para el mundo en general al haber perdido a uno de los innovadores que ha cambiado por completo la forma de entender la vida a través de la tecnología. O al menos para aquellos que quieren que así sea, mientras otros se enfrentan a un futuro que ya es presente.
Hace 10 años, en 2001, llegaba a los cines “Una rubia muy legal” que protagonizaba Reese Witherspoon en una divertida comedia que no pretendía más que entretener. En esta cinta había una escena en que la protagonista era la única en su clase que estaba con papel frente a todos los demás que tomaban nota en sus ordenadores portátiles, algo que es prácticamente lo contrario a lo que sucede en nuestras aulas una década más tarde. Estamos todavía en la otra punta del mundo en una gran cantidad de sentidos.
Esta situación se enfrenta totalmente a la cuasirreligiosidad que hubo en la Red, destacando Twitter por la cada vez mayor importancia que va teniendo, a la muerte de Jobs y que demostró que sí existe un gran sector de población que ha abrazado las nuevas posibilidades que brindan los dispositivos móviles y la posibilidad de estar siempre conectado a Internet, y que no es en absoluto perder el tiempo o estar pendiente de Facebook ya que en una gran número de casos se trata por temas de trabajo o el simple hecho de querer estar informado de lo que sucede alrededor.
Quizá parte del problema viene orquestado por que aquellos que ostentan el poder tienen miedo, no hay otra forma de decirlo, a los avances de hoy en día. Un miedo que les hace mantenerse ignorantes y llenar su cabeza de tópicos, los cuales no eran ciertos hace 15 años y todavía menos hoy en día. Pero esto es España, ¿qué sentido tiene intentar adaptarse y avanzar si podemos seguir con los viejos patrones ya obsoletos?
Sin duda una clara muestra de esto son los planes de estudios que en muchas universidades se están ofertando y enseñado, o más bien se están manteniendo por pura inercia ya que lo que es aprender el alumno apenas tiene oportunidad de ello. Un caso reciente ha sucedido en la facultad de Filosofía y Letras de Valladolid, en concreto en el 4º curso de la Licenciatura de Periodismo en la asignatura Tecnología de la Información en la que se ha considerado adecuado y necesario dar como materia qué es un blog, el spam o el cómo crear claves seguras. Este hecho es un claro reflejo de lo atrasados que estamos y seguiremos mientras los que deben decidir prefieren mantenerse apartados de algo que ya es parte de nuestra rutina habitual, pero ¿tenemos derecho a quejarnos mientras el que un político se haga Twitter sea noticia casi de primera plana?
Quizá todo cambiaría si empezara a intentar comprenderse que esto no es una moda pasajera y que, se quiera o no, Internet y todas su grandes posibilidades (que son muchas) han venido para quedarse. En 1996 muy poca gente en este país, y en cualquiera, tenían acceso regular a la Red y entonces sí era algo anecdótico y tenía sentido que muchos pensaran que sería algo que iba a desparecer, tampoco se tenían la velocidad y datos que ahora a pesar que España sigue sufriendo de una conexión lenta y un servicio bastante desastroso en lo que a relación calidad-precio se refiere.
Pero claro, mientras la ministra de cultura (o de incultura, según unos cuantos) diga “¿Para qué necesitamos ADSL a no sé cuántos gigas? ¿Para mandar e-mails?”, entonces es evidente que queda mucho camino y seguiremos siendo el último ratón de Europa.