Editorial: Reinventa o revienta

Carmina sólo ha sido saludada por veinte pantallas grandes en toda España. El largometraje triunfador del Festiva de Málaga y ópera prima de Paco León ha dejado de tener cabida en la mayoría de salas de cine, y la razón no es otra que la decisión por parte de su director sobre su estreno.

Carmina o revienta pudo disfrutarse en Internet, comprarse en DVD y exhibirse en los cines españoles desde el mismo día del estreno, aunque sólo formara parte de dos decenas de carteleras en la geografía nacional. Entonces la película desapareció, y sus proyecciones en España quedaron como un oasis entre otras producciones del verano, como son Ice-Age 4 o The Amazing Spiderman.

Pero el considerado por Paco León intento de boicot, quedó truncado en cuanto se pudieron contabilizar los resultados en el fin de semana de su estreno, en el que vendió 11.000 copias en DVD y obtuvo 17.650 visionados online, ocho veces más que en las salas de cine: 62.000 espectadores en total, y en aumento.

Contaba Paco León que su único objetivo era que todo el mundo viera su trabajo, y ha dado en el clavo con un planteamiento tan simple como valiente: hacer de su película un producto accesible y al alcance de todo espectador. Esto no es sólo una buena noticia para Paco, sino también lo debería ser para toda la industria, que no está pasando por su mejor momento, y que nota como cada vez son más los espectadores que prefieren la pantalla de su ordenador que la de una sala de cine.

El cambio que ha supuesto Internet en el mercado del séptimo arte es evidente, pero también arrollador. Es imposible luchar contra un medio de comunicación de masas en continua expansión como lo es La Red, y aunque algunos como Megaupload caigan en combate, otros servidores aparecerán, dando impulso al fenómeno de este siglo XXI.

Internet es un gigante, pero no un enemigo. Y aunque lo fuera: si es invencible, será mejor unirse a él. Ante la autocomplaciencia , la crítica unilateral, el victimismo o la lucha acérrima se encuentra la imaginación, la aceptación del reto y, antes que nada, el desmantelamiento de tópicos: que si el DVD ha muerto, y que si en Internet no se paga. Carmina o revienta ha demostrado que ambos sólo pueden ser parcialmente ciertos y que, cuando la película lo merece y tiene la popularidad suficiente, se compra.

El cine no puede ser un artículo de lujo, y menos en época de crisis. El público no está dispuesto a pagar diez euros por una proyección, pero tampoco es necesario que para ello la película deje de tener rentabilidad. En un fin de semana, Carmina o revienta se convirtió en la cuarta película más vista de ese fin de semana, con más beneficios que otras grandes producciones como Men In Black III. Y si bien es cierto que una gran producción no puede permitirse la estrategia de Carmina o revienta, ésta ha obtenido unas ganancias que superan apliamente los 40.000 que costó su producción.

Si bien a Men In Black III no le hace falta Internet, y a la película de Paco León le ha venido muy bien, al convertirse en una de las producciones españolas que más beneficios ha conseguido este año. Carmina o revienta se sigue proyectando, y aunque lo normal es que una producción del tipo no dure más de dos semanas en cartelera, las cifras de la película de Paco León aún no están cerradas. Carmina sólo tiene espacio en veinte pantallas grandes, pero tiene la bienvenida de miles de pantallas mucho más pequeñas.

Ruta 42

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