En la línea de la anterior reseña literaria que publicamos, "Fiebre en las gradas" de Nick Hornby, volvemos a hablar de un libro fundamental en la relación entre literatura y fútbol. Si en la obra de Hornby encontramos un ejemplo de narrativa novelesca que en su interior guarda un ensayo sobre la pasión por el fútbol, el libro que comentamos hoy es casi poesía. Si bien no lo es formalmente, en él se decantan las palabras con la misma dulzura que en la lírica, generando en el lector la misma sensación de deslizarse por las páginas como un pájaro se desliza por las nubes, o como Maradona lo hacía entre los defensas ingleses. Porque todo en este mundo tiene su poesía, y en el fútbol la puso Galeano con su libro "El fútbol a sol y sombra".
La obra es un compendio de textos cortos, algunos casi como pildoritas, cargados de imágenes evocadoras y de adoración casi religiosa por el fútbol. Esta estructuración del tomo en pequeños artículos aumenta la sensación de estar ante algo parecido a un libro de poemas. Además, permite al lector volver una y otra vez al mismo cada vez que le apetezca o que algo le haga recordar algún pasaje para revisar alguno de sus capítulos.
En esos capítulos independientes que conforman el libro se puede encontrar de todo, desde análisis aislados de jugadores, equipos o hechos concretos a seriales. Como el que dedica a definir todos los estamentos de este mundillo, desde los aficionados a los jugadores, de los entrenadores a los directivos, o sobre todo, la maravillosa serie de artículos dedicada a los Mundiales. Una colección de textos que merecería ser un libro en si misma, en la que, con una visión periférica, desenfocada, narra la historia de cada Mundial enmarcando cada uno entre las noticias más importantes de cada año y explicando historias de los mismos que no siempre son las principales, pero sí resultan trascendentes para entender como ha ido cambiando el fútbol... y la vida en general.
Aunque la primera edición del libro se produjo en 1995, las ulteriores reediciones han ido anexando nuevas reseñas de los Mundiales que se iban disputando.
El recientemente fallecido (en Abril del pasado año) autor, Eduardo Galeano, fue un uruguayo mundialmente reconocido como ensayista político y periodista, experto en relatar los acontecimientos más importantes del subcontinente sudamericano. Suyas son obras tan importantes como "Las venas abiertas de América Latina" o "Memoria del fuego", fundamentales para conocer la historia política de esos territorios.
Pero tan en serio como esos temas, se tomaba Galeano su pasión por el fútbol. Lucía con orgullo la pertenencia a un país con pocos habitantes (algo más de tres millones) pero muchos futbolistas y éxitos en este deporte. Se reconocía como un mal jugador, aunque en sus palabras se definía como "un mendigo de buen fútbol. Voy por el mundo sombrero en mano, y en los estadios suplico: una linda jugadita, por el amor de Dios".
Veinte años antes de los escándalos que hoy sacuden la FIFA y sus Confederaciones, Galeano ya alertaba contra el mercantilismo en el fútbol y la corrupción en las estructuras de poder. Sin tapujos habla en el libro de las marcas y su influencia, del poder del dinero, contraponiéndolo a ese fútbol puro y atrevido de la infancia. También critica la obsesión por la victoria y como cada vez es más difícil que se vea el fútbol como un auténtico juego. Una visión romántica con la que merece la pena reconciliarse de tanto en cuanto.
Reconozco que volveré, que periódicamente, entre líos en los banquillos, penaltis bien o mal pitados, declaraciones altisonantes y fichajes plagados de oropel, volveré a Galeano y a su maestría. A disfrutar de la belleza pura en el fútbol ¿se animan? Les prometo que el viaje merece la pena.
Eduardo GaleanoEl fútbol a sol y sombra
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