Revista Opinión
Parece que el pensamiento único y monolítico empieza a dar sus frutos en la política cultural y educativa del gobierno de Mariano Rajoy. Me llama la atención sobre todas las cosas que desde la EGB hasta ahora los dos partidos alternantes en las tareas de gobierno no se hayan puesto de acuerdo en una política común de la enseñanza que evite los sucesivos cambios de planes de estudio cada cuatro años, más aún que no se hayan puesto de acuerdo en unos contenidos de una asignatura como la Educación (a secas), el respeto a los valores o la enseñanza de valores éticos asumibles por todos. Pero lo que más me llama la atención, disculpen por la foto, es el querer marcar ideologicamente a los alumnos con lo bueno y lo malo, y en ellos introducir la Constitución, nuestra Constitución de 1978, como si fuera la nueva Biblia, infalible, la palabra del Dios-Mercado. Pero somos muchos españoles, más de los que ellos piensan, que estamos en desacuerdo con la norma constitucional, que la acatamos, pero que no somos "maleducados" por pensar en otras alternativas, como la República, por poner un ejemplo, o que estemos en contra con, otro ejemplo, la última reforma constitucional y el techo de gasto público. Nadie se atreve a contestar sobre este aspecto a los "populares" como si el estar al margen de la Constitución fuera cuasi-terrorista, radical o "peligroso". Pues a los que teneis hijos en los colegios e institutos pensad que os verán a vosotros republicanos y federalistas como unos señores incívicos e irrespetuosos con el bien común de la Sociedad. El que avisa...