Manuel de León lo dice claro: “la educación es un grave problema sin resolver en España”. En esta entrada habla de una de las cuestiones clave, la formación del profesorado, tanto la inicial –insuficiente en materias concretas como matemáticas, según muchos expertos– como la continua, que permite a los docentes estar al día, tanto en lo que se refiere a las nuevas técnicas pedagógicas como al contenido de las materias que imparten, y que se ha visto muy reducida por la crisis. De León dedica la siguiente entrada a este tema.
Estos días se está hablando mucho sobre la educación, entre otras cosas por ese Libro Blanco encargado por el Gobierno a José Antonio Marina, pero también porque afrontamos una importante cita electoral el próximo 20 de diciembre y los partidos políticas afinan sus propuestas sobre la educación. Porque no se puede obviar: la educación es un grave problema sin resolver en España.
Uno de los temas fundamentales en nuestro sistema educativo es el de la formación de los profesores. Es importante, como se ha subrayado muchas veces, considerar dos aspectos. El primero, es el de la formación inicial. Creo que hay consenso que no es la idónea. Si miramos el caso de las matemáticas para los profesores de primaria, vemos que los contenidos son escasos, con lo que malamente se les puede pedir que transmitan adecuadamente los conceptos. Pero lo mismo ocurre en el nivel universitario, al que ya los estudiantes acuden en general con graves carencias, lo que se percibe de manera más clara en las carreras de las llamadas ciencias duras. Se precisa sin duda alguna una remodelación de las carreras que dan opción a la obtención de un título que permita dedicarse a la enseñanza.
El segundo aspecto formativo es el de la formación continua o permanente de los docentes. Aquí se ha perdido mucho. Los recortes en educación y la escasa coordinación entre las Comunidades Autónomas y el Estado han resultado fatales para lo que es una necesidad. El profesorado debe estar al día, tanto en lo que se refiere a las nuevas técnicas pedagógicas como al contenido de las materias que imparten. En el caso de las matemáticas, es encombiable la labor de algunas sociedades como la FESPM que mantienen sus cursos a distancia, o, entre las sociedades federadas, la de la Thales, que organizan su Proyectos Thales-CICA desde hace años.
Esta formación podría mejorarse de muchas maneras. En estos tiempos de reflexión electoral, se avanzan propuestas novedosas, como la del MIR educativo. No es mala idea, aunque habría que precisarlo, los estudiantes no son pacientes de un hospital. Se puede entender este MIR como un período prolongado de prácticas, bien estructurado, y con el que el nuevo docente se curtiría en sus tareas antes de navegar solo.
Si se quiere mejorar la docencia, el conseguir mejores docentes es una parte de la tarea, aunque no la única porque el sistema es muy complejo y requiere actuaciones en muchos niveles. Un programa tipo Maths for America, puesto en marcha por la Fundación Simons, que animara a los mejores estudiantes a seguir carreras docentes en Secundaria no sería tampoco una mala idea. En España los mejores expedientes no terminan habitualmente en la Secundaria, y es una pena.
Para finalizar esta entrada, recomiendo una visita al blog o web de José Antonio Marina. Contiene muchísima información sobre su proyecto de libro blanco que es muy útil, y en el que, además, llama continuamente a la colaboración de los expertos para que se le proporcionen ideas.
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Manuel de León (CSIC, Real Academia de Ciencias, Academia Canaria de Ciencias) es Profesor de Investigación en el ICMAT y miembro del Comité Ejecutivo de ICSU.
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