Revista Cultura y Ocio
Uno de los libros de lecciones utilizados en el vivero de Babilonia contiene el comienzo de una historia, escrita en sumerio y traducida al semita, que describe las aventuras de un niño expósito que fue recogido en las calles y adoptado por el rey. Se nos dice que lo sacaron "de la boca de los perros y cuervos" y que luego lo llevaron al asip o "profeta", que le marcó la planta de los pies con su sello. Cuál es el objeto preciso de este procedimiento fue difícil de decir, pero se alude a la costumbre en el Antiguo Testamento (Job xiii.27). Ciertas tribus del sur de China siguen marcando las plantas de los pies de un niño, con el propósito, según se dice, de poner a prueba su fuerza y su dureza.
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